Provincia

El Ayuntamiento trata de paliar los malos olores en las calles reformadas

  • Los técnicos de las obras señalan que el problema era la falta de arquetas sifónicas

La remodelación integral realizada en varias calles del centro de Lucena, dentro del proyecto de Regeneración Socioeconómica del Centro Histórico Lucena II -cofinanciada por los fondos Feder- ha traído consigo a la ciudad una mejora en la accesibilidad importante, pero también un problema de malos olores que ha sido fuertemente criticado por los ciudadanos, así como por la oposición. Un asunto recurrente en muchas de las últimas sesiones plenarias, que ha querido aclarar el propio alcalde de Lucena, Juan Pérez (PSOE). El primer edil señaló ayer que desde el equipo de gobierno y la delegación de obras se tratan de subsanar estos problemas a través de la colocación de un mayor número de arquetas sifónicas, principalmente en la Plaza Nueva, junto al Centro de Formación del Coso, Plaza San Miguel y Calle Barahona de Soto. La ampliación del número de arquetas en estas calles, con respecto a las que aparecían en la morfología de la calle antes de las obras, ha supuesto una mayor salida de olores, ya que el problema es que en un principio no se diseñó una estructura sifónica en cada una de ellas que evitara la salida de estos malos olores.

Según el técnico del Ciclo Integral del Agua de Lucena, Ángel Martínez, el problema de las calles del centro es precisamente que ninguna era sifónica. La única forma de cortar el retorno de reflujos gaseosos malolientes procedentes del saneamiento era realizar un cierre hidráulico. Al no existir este elemento en las estructuras, se ha tenido que incorporar a las nuevas instalaciones. "Se ha buscado la forma de construir un sifón donde no existía" aseguró Martínez. Por este motivo, se ha tenido que estudiar la altura y resto de elementos en las diferentes zonas y en algunos casos la cámara de agua del sifón que se ha tenido que instalar es pequeña y la evaporación de los líquidos más rápida, por lo que se rompería la salida de gases y de ahí los continuos olores.

El primer objetivo, por lo tanto, es que esta cámara sifónica no pierda el agua que tapona la salida de gases. Para ello, semanalmente se riegan todas las arquetas del centro y se ha solicitado la colaboración ciudadana, principalmente, a los comerciantes a los que han aconsejado que vacíen las cubas de agua de fregar sus establecimientos en estas mismas arquetas para facilitar así la continuidad de líquido en los sifones.

El alcalde y el técnico reconocieron que se estudia cómo mejorar esa cota hidráulica e incorporarla en las nuevas instalaciones que se hagan en aquellas calles que actualmente se ejecutan, mientras que en las obras finalizadas se tratarán de solventar con la actuación desde la propia arqueta. Se dejará como último recurso el tener que romper estas calles para tratar de solucionar un problema para el que "se utilizan todas las vías que estén disponibles antes de actuar en una calle que fue finalizada hace escasos meses" reconoció el técnico del agua.

El alcalde quiso constatar en su intervención que en este caso no se trata de una mala planificación de las obras ejecutadas, sino que al no haber un anterior problema de olores, la importancia recayó en aumentar el número de rejillas que recogieran las aguas de lluvia y evitara pequeñas inundaciones en las calles. Desde el Ayuntamiento solicitaron paciencia a los ciudadanos durante los días que quedan de calor, cuando este problema se acusa, y señalaron que esperan que quede totalmente solventado con las intervenciones que se realizarán cuando lleguen las primeras lluvias.

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