En el siglo XVII, los trazos del Barroco dibujaban un estilo cargado que alcanzaba su esplendor, sobre todo, dentro de iglesias y de palacios. Fue en este mismo siglo cuando se levantó una casa solariega en la localidad de Santaella en la que residía el corregidor de la época, que ahora le da nombre al inmueble y que según cuentan algunos, albergó uno de los primeros graneros de toda la provincia de Córdoba.

Aprovechando su historia, el productor musical santaellano Paco Martín adquirió la casona para transformarla en lo que es ahora: una casa rural que sólo recibe elogios de aquel que la visita. Tal y como comenta Martín, "ni siquiera yo sabía cómo era de bonita cuando la compré". El santaellano comenzó a picar y picar piedra hasta que empezaron a aparecer los primeros tesoros en forma de bóvedas centenarias y unas paredes monumentales, hasta un único arco judío.

Pero no sólo el interior del inmueble albergaba maravillas históricas, todo lo que rodea a la Casa del Corregidor es historia pura, tal y como lo son las antiguas cuadras donde ahora hay una piscina para aguantar las calores veraniegas. Además, el arte también se puede encontrar colgado en las paredes, ya que Martín cuenta que hay muchas pinturas decorando la casa de las escuelas Sevillana y Flamenca del XVII.

Con todo esto, no es de extrañar que en los dos meses que llevan funcionando la casa rural ya haya colgado el cartel de completo. Por ahora, han sido varios grupos de franceses los que se han dejado llevar por el centenario inmueble que cuenta con cuatro habitaciones y una suite -a falta de construir tres suites más-. Asimismo, Martín tiene en mente construir una biblioteca con chimenea. De esta forma, la casa ocupa unos 500 metros cuadrados que se alquilan al completo, no por habitaciones, incluidos el patio, la cocina y la piscina.

Martín ya ha recibido las llamadas de grupos desde Salamanca hasta Alemania que pretenden tener la casa para mayo del año que viene. Un éxito que también corroboraron los técnicos de la Junta que la visitaron para darle el aprobado de casa rural. Y es que, para Martín, la Casa del Corregidor se asemeja a otros hoteles como el Palacio del Bailio, pero en un pueblo como Santaella.