El turismo rural se ha convertido en verano en la mejor alternativa para hacer frente a las ya consolidadas costas andaluzas y, así, escapar de la multitud y el bullicio tan propio de estas zonas. A pesar de que es fuerte la competencia que mantiene con los destinos costeros, los datos ofrecidos por el portal Escapadarural.com confirman que la ocupación en las casas rurales se sitúa en un 46% en los meses estivales. La web gestiona la reserva de 220 casas de todas las comarcas, sobre un censo oficial de 230 establecimientos abiertos. El verano pasado, se registró una ocupación del 39%, según los datos ofrecidos por el mismo sitio web. Las cifras revelan, por tanto, que el turismo rural pasa por su mejor momento.

Según el muestreo realizado por El Día en algunas casas rurales de la provincia, los propietarios coinciden en que los fines de semana son los más demandados por los visitantes durante la época estival. Concretamente, se ha registrado un 54% en los viernes, sábados y domingos correspondientes a julio y agosto, consolidándose el puente de la Asunción como el más solicitado con un 80% de ocupación. Asimismo, se prevé que el último fin de semana de agosto, la provincia se posicione como la segunda más demandada de toda Andalucía.

Por zonas, la Subbética, la Sierra de Cardeña-Montoro y el Valle de Los Pedroches son las más demandadas por los turistas. Sobre este último, la ocupación ronda el 80%, según informa el gerente del Centro de Iniciativas Turísticas de Los Pedroches, Juan Manuel Ruiz que, además, destaca el mes de agosto como el preferido por los turistas.

En la Sierra de Cardeña-Montoro se encuentra la Hacienda La Colorá, cuyo propietaria, Teresa Lombardo, señala que "los fines de semana han estado completos excepto uno del mes de julio". Sin embargo, entre semana la ocupación baja considerablemente. Lombardo destacó que la ocupación durante este año ha mejorado con respecto al verano anterior, en el que sólo se reservó un fin de semana en el mes de agosto. El perfil de los visitantes que acuden a la hacienda, con capacidad para 40 personas, se corresponde con andaluces, "la mayoría procedentes de Córdoba y de Sevilla", afirma la propietaria.

En la misma zona se ubica desde hace tres años el Cortijo Tejoneras. Su dueña -que prefiere no revelar su nombre- considera que este año los datos han mejorado bastante con respecto a los meses de verano del 2013. Por ello, recalca el éxito que han obtenido en el mes de agosto, cuando incluso se han llegado a reservar semanas completas, mientras que en julio, la estancia media se sitúa en torno a los tres días que corresponden con el fin de semana. Su propietaria coincide en que la mayoría de los turistas proceden de Córdoba y de Sevilla, aunque también vienen de diferentes sitios del norte por estar ubicado en una situación estratégica.

El cortijo Molino San Juan también ha vivido en la época estival un incremento en su ocupación con respecto al del año pasado. Así lo señala su propietario, Álvaro Ramírez, quien destaca el verano de 2012 como el mejor en los últimos años. Ramírez subraya que esta época es una de las preferidas por los turistas, sobre todo en aquellos establecimientos que cuentan con piscina.

Los datos demuestran que la provincia empieza a consolidarse como destino turístico con entidad propia al margen de la capital. Durante los primeros seis meses del año, los municipios cordobeses recibieron un total de 81.306 visitantes, lo que implica un leve aumento respecto al mismo periodo de 2013 -con 81.197 personas, un 0,13% menos- y aporta estabilidad a un sector cada vez más presente en las zonas rurales. Según los datos facilitados la semana pasada por la diputada provincial de Turismo, Rocío Soriano, las visitas desde otros puntos de España aumentaron un 0,95%, mientras que los turistas extranjeros cayeron un 5,59%. En cuanto a las pernoctaciones, en cambio, los visitantes de otros países ayudaron a mantener las cifras, pues las noches en establecimientos hoteleros de los municipios aumentaron un 6,10%, hasta sumar 16.738 pernoctaciones. También mejoró la estancia media en la provincia, que pasó de 1,55 días en el primer semestre de 2013 a 1,74 entre enero y junio.