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La Junta concede los permisos para estudiar los restos de la Cueva del Ángel

  • La fundación que lleva a cabo los trabajos en el yacimiento se quejó esta misma semana de que los análisis estaban paralizados dada la falta de autorización del Gobierno andaluz

Tras meses de idas y venidas burocráticas, la Junta de Andalucía ha concedido las autorizaciones necesarias para iniciar la segunda fase de análisis del yacimiento de la Cueva y la Sima del Ángel. Tras las excavaciones de 2013, en este año, y así lo estipula la normativa vigente al respecto, se cesan los trabajos de campo para estudiar los restos recogidos el año anterior, más de 800 piezas de gran interés para la arqueología, la paleontología y la antropología ya que se tratan de restos de homínidos correspondientes a la Edad del Bronce -1.800 a 900 antes de Cristo- y de la Edad del Cobre -entre 2.500 y 1.800 antes de Cristo-.

El director de la excavación, Cecilio Barroso, reconoce que se trata de unos documentos muy necesarios para el desarrollo y el avance de los trabajos que esperaban haber podido comenzar el pasado 1 de julio. Sin embargo, no pudo ser así por la falta de los permisos y las trabas que desde la Junta de Andalucía han puesto a este proyecto, que podría destacar a Lucena, y por lo tanto a toda la comunidad autónoma, como punto de interés para el estudio de la evolución.

El inicio de los trámites administrativos tuvo lugar a comienzos del pasado mes de mayo. Lo extraño del retraso según los investigadores es que desde la Junta ya se aprobó una sesión de trabajos de seis años en la Cueva del Ángel en la que quedaba estipulado que se alternaría cada año la excavación con el periodo de estudio y análisis de cuanto se encontrara. Sin embargo, según la fundación, en lugar de agilizar los trámites y facilitar los trabajos -ya que económicamente la Junta no contribuye de ninguna manera-, "sólo se han encontrado trabas", que han ocasionado que muchos de los expertos -de distintas partes del país y también del extranjero- que se habían desplazado hasta la ciudad para trabajar de manera altruista -tan sólo por alojamiento y dietas- hayan tenido que desestimar esta idea y volver a sus respectivos lugares de origen.

Un problema más que, reconoce Barroso, pone en serias dificultades el avance en la investigación de una zona en donde en tan sólo tres años de excavación ya se han encontrado resultados comparables a los de Atapuerca -donde llevan trabajando 50 años-. Los expertos y voluntarios que aún quedan en la ciudad, una veintena de personas tras la marcha de al menos diez de ellos, comenzarán los trabajos de análisis e investigación a comienzos de la próxima semana. Por el momento, los restos ya han sido trasladados desde los almacenes del Museo Arqueológico hasta las instalaciones del Complejo Educativo Los Santos, donde se llevará a cabo el estudio.

Los restos encontrados en 2013 situaron a Lucena en el punto de mira del mundo de la arqueología y la paleontología. Descubrimientos como el cráneo de un niño, tibias, costillas o un fémur consolidaron las esperanzas de los expertos que trabajan en el proyecto, que aseguraban que en el lugar se encontrarían restos de homínidos.

Asimismo, y con vistas a que los estudios y sus consecuencias no se queden a nivel local, la asociación ha pasado a llamarse Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana y podrá en marcha numerosos cursos para atraer a expertos y estudiantes que quieran conocer la materia.

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