Las fuerzas sindicales presentes en los centros sanitarios del Sur de la provincia han comenzado el mes de mayo de forma muy intensa, con sendas protestas convocadas por los sindicatos Satse y CCOO. En tal clima de tensión, las cifras se convierten en arma arrojadiza. Y es que según las estadísticas que manejan los representantes de los trabajadores la nueva política de personal adoptada por el Servicio Andaluz de Salud (SAS) desde 2012 habría supuesto la desaparición de más de 800 puestos de trabajo en la sanidad cordobesa. Unas cifras que en el sur de la provincia -y siempre según los sindicatos- llegarían casi a alcanzar las 200 de plazas.

Estos datos, no obstante, distan mucho de los que maneja la cúpula directiva. El propio gerente del Área de Gestión Sanitaria Córdoba Sur, Jesús González, explicó a El Día que desde la entrada en vigor del nuevo sistema directivo que sustituyó al antiguo Distrito Sanitario en febrero del pasado año "no ha habido reducción de personal" y negó por ende las acusaciones vertidas por las secciones sindicales.

"Lo que sí ha habido es una disminución del equipo directivo", aseveró el gerente, quien señaló que al unificarse los despachos que regían individualmente el Infanta Margarita y el resto de centros se consiguió "pasar de nueve a seis directivos" en las tareas de gestión de la zona Sur, un mapa que abarca "todos los centros desde Fernán Núñez hacia abajo".

Respecto a las protestas, González se mostró tranquilo y afirmó que se trata de la escenificación de una campaña llevada a cabo "en toda Andalucía" contra la política de reducción de jornada implantada por el SAS, de manera transversal, en todos sus centros. "Desde que empezó el ajuste económico en la Sanidad nacional" -primer semestre de 2012-, la Junta de Andalucía decidió "que para minimizar la pérdida de empleo" obligada por la reducción presupuestaria impuesta desde Madrid sería conveniente "minimizar el porcentaje de las jornadas" para "evitar despedir personal y crear más puestos de trabajo, aunque fueran a tiempo parcial". El nuevo marco también afectó al personal fijo, que vio incrementada su jornada en dos horas y media, de 35 a 37 y media horas semanales.

Esta decisión generó malestar entre los trabajadores y sirvió de combustible a los ya de por sí caldeados ánimos de la plantilla, sometida a una consecuente sobrecarga de trabajo que afecta, de manera indirecta, a la calidad asistencial que ofrecen a los pacientes.

"Es una prioridad del Gobierno andaluz" volver a reponer la totalidad de la jornada "cuando las condiciones presupuestarias lo permitan" y siempre "de forma progresiva", aclaró el gerente, quien confió en que se pueda llevar a cabo "en los próximos meses". Lo que sí es una realidad tildada de "gran logro" por parte de la Administración autonómica es la eliminación de la temporalidad mensual de los contratos. "Los contratos que se hagan el 1 de junio durarán hasta el 31 de enero", confirmó el dirigente del área sanitaria, sin obviar que la Consejería ya ha manifestado que lanzará una oferta de empleo "sumando las plazas pendientes desde 2012".