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Medio Ambiente liberará linces en las sierras de Villafranca, Adamuz y Obejo

  • Los técnicos del Life, un programa dotado con 26 millones de euros, han elegido unas 10.650 hectáreas del entorno de la ribera del Guadalmellato · La suelta no se producirá antes del año 2010

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Es el felino más amenazado del mundo, por delante incluso del tigre de bengala, y de momento sólo ha logrado sobrevivir en pequeños paraísos naturales de Andalucía. El lince ibérico, el animal europeo que más riesgo corre de desaparecer para siempre, tiene una nueva oportunidad para sobrevivir: conquistar un espacio natural del que se extinguió hace tres décadas.

El ambicioso programa Life para la recuperación del lince ibérico, dotado con cerca de 26 millones de euros, ha seleccionado unas 10.600 hectáreas de las sierras de Villafranca de Córdoba, Adamuz y Obejo como el lugar idóneo en el que conseguir que poco a poco este esquivo felino comience a recuperar sus espacios naturales perdidos. En concreto, los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente -que es quien coordina las políticas del Life- han iniciado los contactos con los propietarios de estas 10.600 hectáreas que se localizan en el entorno de la ribera del río Guadalmellato, aguas abajo del pantano del mismo nombre. El diálogo comenzó ayer, en la Casa de la Cultura de Villafranca, donde decenas de propietarios, agricultores y cazadores escucharon al coordinador del programa Life, Miguel Ángel Simón.

Simón explicó los objetivos del Life 2, una vez conseguidos los del primer programa, que fueron los de consolidar la población de linces en los dos únicos puntos de la Península donde todavía quedaban en el año 2000: el parque natural de Doñana y la sierra de Andújar y la de Cardeña. Ahora, el ambicioso y cuantioso Life 2 busca aumentar esta población -que apenas es de 200 ejemplares- con la conquista de nuevos territorios. Después de un largo proceso deliberativo, los técnicos del Life se decidieron por el entorno del Guadalmellato y por el paraje de Guarrizas (en la provincia de Jaén). El motivo de esta decisión -y el descarte provisional de Hornachuelos- ha sido su cercanía a una colonia estable de linces -en Cardeña y Andújar- y sobre todo la relativa abundancia de conejos, que supone el 90% de la dieta del felino.

Sin embargo, todavía tendrán que pasar unos años antes de que los linces sean liberados en el Guadalmellato. Antes, se tienen que firmar los convenios con los propietarios (toda la extensión elegida es privada) para que los técnicos se puedan poner manos a la obra. Una vez suscrito el acuerdo, los agentes medioambientales se encargarán del estudio y estabilización de la población de conejos. Habrá que vacunarlos contra todas las enfermedades que los acechan (mixomatosis y hemorragia vírica, principalmente), cultivar su alimento herbáceo y construir nuevas madrigueras en forma de majanos para facilitar su reproducción.

Una vez que se disponga de conejos suficientes como para garantizar la supervivencia de los linces, Medio Ambiente trasladará hasta el Guadalmellato un determinado número de ejemplares que ha sido criado en cautividad, tanto en el centro de El Acebuche de Doñana como en el de La Olivilla (Jaén) o el Zoobotánico (de Jerez de la Frontera). En principio, está previsto que las reintroducciones de linces se inicien a partir del año 2010.

Mientras tanto, y de forma paralela, se construirán otros cuatro centros más para la cría en cautividad del lince ibérico, uno de ellos precisamente en Villafranca de Córdoba. El propio delegado provincial de Medio Ambiente, Luis Rey, anunció ayer en la Casa de la Cultura que este proyecto "verá la luz en breve". Aparte, se localizarán otros centros de cría en cautividad en Extremadura (al Norte de Cáceres), Castilla-La Mancha y el Sur de Portugal.

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