El fuste

Jesús Cabrera

Manolete en Barcelona

EN plena resaca de las elecciones del pasado domingo, el nacionalismo de CiU lo impregna todo y así lo hará en los próximos cuatro años. Pero el futuro presidente de la Generalitat, Artur Mas, no puede olvidar que uno de los platos más selectos en uno de los restaurantes de más solera de Barcelona se llama paella Manolete. Y el bautizo de este guiso no es nada gratuito, sino que se debe a la intercesión del mismísimo Manuel Rodríguez Sánchez, el que nació en Conde de Torres Cabrera. Resulta que el diestro estaba en la Ciudad Condal y un día le dio por almorzar en Las 7 Puertas, un establecimiento fundado en 1836 que nunca ha perdido su prestigio. Manolete escogió este restaurante porque era lo más de lo más, donde se reunía lo mejor de la sociedad barcelonesa. Aquel día estaba el hombre caprichoso y pidió que a la paella normal le añadieran cigalas, mejillones, trozos de butifarra y una cola de langosta. El resultado no sólo le gustó al torero, sino que también apasionó a todos los que la probaron y así pasó la paella Manolete a incorporarse de forma inamovible a la carta de Las 7 Puertas. Desde entonces es un plato estrella en este restaurante, aunque en la actualidad, si usted pasa por allí y se encapricha en probarla, le advertirán que no incluyen la cola de langosta por aquello de la crisis. Con langosta o sin ella los del tripartito no la han probado, seguro, porque si no la hubieran prohibido por tener un nombre que incita al bautizado como maltrato animal.

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