La tribuna

Salvador Gutiérrez Solís

Fuera de campo

NOS acerca el calendario a una de las fiestas, hay que entenderla como una auténtica fiesta, que más celebro y disfruto a lo largo del año: la Feria del Libro. Los libros abandonan su hábitat habitual, los anaqueles de las librerías y demás establecimientos, y salen a la calle, a nuestro encuentro. Por unos días, benditos días, ojalá se extendieran a todo el año, lectores, autores, editores, librerías y libros coinciden en el mismo espacio, en la calle, naturalizamos ese momento que la mayoría disfrutamos en la intimidad, y lo compartimos con los demás. Más allá de las ventas, que son esenciales para mantener el sector, el triunfo de la Feria del Libro es ese, el acercamiento, el convertir en cotidiano un acto que debería ser casi una necesidad, puede que biológica, seguro que espiritual, leer, tener un libro -en cualquiera de sus formatos- entre las manos. La llegada de la Feria para mí ya es un motivo de alegría, pero este año con mayor intensidad gracias a la publicación de Fuera de campo, que es la recopilación de la poesía completa de Pablo García Casado. Sucede, y en Córdoba sucede con mucha frecuencia, mucho más de lo que sería deseable, no valoramos lo que tenemos cerca. Lo que entendemos como cotidiano, como próximo, uno más, al que vemos jugando en el parque con sus hijos, o comprando pescado en el mismo puesto del mercado que nosotros, o tomándose una caña en el mismo bareto de la Corredera, no le reconocemos su verdadera dimensión, reducimos esa dimensión. Puede que sea un efecto de lo cotidiano y cercano, no lo sé, pero no me gusta ese efecto que tan bien manejamos en esta ciudad.

No me cabe duda de que Pablo García Casado puede ser el poeta en lengua española más influyente, sorprendente y original de las últimas dos décadas. Y a los hechos me remito. A Pablo le han bastado tres libros, tres poemarios, para consagrarse y, sobre todo, mostrarse, como una voz única y diferente. Todo comenzó en Las afueras, un libro sobre el amor y sus consecuencias, toda una inmensa sorpresa que propició la incredulidad y el estupor de unos cuantos y el deslumbramiento de muchos. Hablemos de amor con cuatro palabras, pero hablemos de todos los amores posibles, cuando hiere, cuando duele, cuando nos enloquece, cuando lo gozamos, cuando nos quema, pero con cuatro palabras. Cinco años después llegó El mapa de América, que yo sigo considerando como el libro más ambicioso y extensivo de Pablo. Hubo quien lo interpretó como una continuación del primero, con la miopía propia del que es incapaz de analizar y entender lo que lee -a partir de un reduccionista análisis de la forma-. Un poemario más global, no sólo en la geografía física, también en la de las emociones, en el de las historias. Dinero, su tercera obra, es un poemario de madurez y de definición, un alarde de control sobre todas las posibilidades de la palabra y un resumen microscópico de este tiempo que nos ha tocado vivir y, desgraciadamente, padecer.

Pablo García Casado, más allá de su obra -o a partir de su obra-, se ha convertido en un punto imprescindible de la geografía poética en lengua española. Gracias a su poemas sabemos o intuimos cual será la poesía que nos habrá de venir. Adelanta el futuro. Pablo, como todos aquellos creadores que han supuesto un cisma, una nueva propuesta, construye su original voz a partir del conocimiento exhaustivo del ayer. Porque entre líneas, en la disección de sus poemas, puedes encontrar a Gil de Biedma, a Cernuda, al Lorca que se embriagó de Nueva York, a Elliot, a Carver y, también, al García Baena más mortal. Hablar de García Casado te traslada, inevitablemente, a DVD Ediciones y a su creador, Sergio Gaspar. Esta antología, que publica Visor, también cabe entenderse como un homenaje a la editorial de Sergio, que recientemente ha colocado el cartel de cerrado. Puede que Pablo sea el "producto" más suigéneris, más codiciado y representativo de la factoría DVD, una marca, un sello, una distinción, que ya forma parte de la Literatura en lengua española. Fuera de campo comienza con un iluminador prólogo de Antonio Lucas e incluye, además, poemas que no están incluidos en los tres anteriores libros de Pablo García Casado, más aliciente para dejarse atrapar por este título, que está llamado a ser uno de los grandes acontecimientos literarios del año. No falte a la cita.

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