pepe Cabello

La conducta humana

¿Qué determina nuestro comportamiento?

Cada día que pasa me ocupa más la conducta humana: ¿Por qué nos comportamos como nos comportamos? ¿Qué hay detrás de cada conducta? En realidad hay tres realidades que describen la conducta humana: La inteligencia, la motivación y la voluntad.

Por un lado está la inteligencia. Es decir, las personas tenemos capacidades que determinan nuestra conducta, capacidades tanto físicas como cognitivas que pueden ser innatas o aprendidas. Por un lado, podemos nacer con la capacidad física para ser un gran nadador o un excelente bailarín, e incluso podemos nacer con unas condiciones naturales cognitivas espectaculares para ser un gran científico o un pensador determinante en la historia. Pero podemos no desarrollar estos dones y dejarlos aletargados de por vida y, finalmente, no hacer nada con ellos. Por otro lado, podemos desarrollar capacidades tanto físicas como psíquicas que nos hagan ser extraordinarios en una materia concreta. La historia está repleta de personajes que han decidido el rumbo de la humanidad y que nunca estuvieron predestinados a ello, pero el desarrollo de un talento, es decir de una capacidad específica, hizo de estas personas seres extraordinarios.

Por otro lado, las personas avanzamos atraídos por nuestros deseos y motivaciones. La motivación es un estado interno de las personas que activa, dirige y mantiene la conducta. Lo poderoso de la motivación es cuando entiendes que se trata de encontrar los motivos que provocan la acción y la sostiene en el tiempo. Estar enfocado en motivos o razones que hagan que nuestras acciones estén dirigidas y sean constantes es clave para obtener resultados grandes en nuestras vidas.

Por ultimo, la voluntad, es decir la posibilidad que tenemos las personas de decidir libremente y actuar según nuestra voluntad, una de las dos fuerzas espirituales del ser humano, junto con la inteligencia.

El objeto propio de la inteligencia es conocer, mientras que el de la voluntad es querer. Sócrates explicaba que la voluntad no está determinada por la inteligencia, pero sí hay una supremacía de la inteligencia sobre la voluntad. Podemos aprender a elegir y a tomar decisiones de manera madura y basada en valores, nuestros grandes jueces a la hora de decidir. Desde aquí desarrollamos las personas nuestra virtud, osea, poseer el dominio sobre los propios actos de querer de la voluntad y también sobre las propias acciones externas que son manifestación de ellas. Por el contrario, podemos tener la incapacidad de dominar los propios actos, es decir, de desarrollar un vicio.

En referencia a la inteligencia y desarrollo de capacidades cabe preguntarse: ¿Qué capacidades físicas tienes?, ¿Cuáles psíquicas? Y lo mas importante: ¿cuáles estás dispuesto a trabajar y desarrollar?

Para ello te invito a que des el primer paso: ¿Hacia dónde vas? ¿Cuál es la visión que tienes de ti en el futuro? Es muy importante saber esto porque la mejor manera de saber qué capacidades debes desarrollar es saber primero hacia dónde vas, y luego, tomar consciencia de las capacidades que te están faltando para dar los pasos pertinentes para lograr llegar a esa visión. ¿Qué te está faltando para comenzar a tomar el control de tu vida?, ¿a qué esperas?

¿Cuáles son los motivos o las razones que van a estar presentes en tu mente día tras día para no decaer y para dar sentido a cada acción que acometas?, ¿de donde vas a sacar la fuerza interior cuando vengan momentos duros?, ¿dónde te vas a agarrar cuando las personas poseídas por la envidia te juzguen y te critiquen sin piedad?. Ten claras tus razones y agárrate a ellas para mantenerte fuerte y dopaminado.

La manera de actuar del ser humano está orientada a aquello que creemos que es la mejor opción, en todos los ámbitos de la vida. La manera en que tomamos la decisión es a través de nuestra voluntad. Ésta opera en dos sentidos: de manera espontánea, casi sin pararse a pensar y en muchos casos desde una reacción; y de manera consciente. Desde aquí pasa por las fases lógicas de las que hablamos en Coaching, es decir, asumir esa responsabilidad de la decisión y poner la acción necesaria. Mi última pregunta es: ¿Cómo vas a entrenar tu voluntad?

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