fernando Mata / Marzo Edir Da Silva

Alimentación para el cerebro y la pasión

El ejercicio es pieza indiscutible de nuestra salud física y mental

El cocinar nos hizo humanos, así empieza el libro del Prof. Richard Wrangham y que narra como nuestro cerebro evolucionó, entre otras cosas, gracias al uso de utensilios y de la manipulación del alimento para poder alimentarnos de forma más efectiva. La frase de Juvenal mens sana in corpore sano hoy queda más vigente que nunca en base a los diferentes estudios científicos que nos muestran como el ejercicio físico puede afectar a nuestro cerebro, mejorando nuestro estado de ánimo, optimismo y salud mental a través de la producción de hormonas como el denominado BNDF. Pero no obstante el ejercicio es pieza indiscutible de nuestra salud física y mental ¿qué pensáis de nuestra alimentación? Al principio del artículo hablamos que la alimentación influyó de forma importante en la evolución de nuestro cerebro generando un desarrollo del mismo en detrimento de un menor tubo digestivo.

El tema nos invita a la reflexión y si de verdad estamos haciendo aquello que debemos en la gestión de nuestra salud. Einstein decía que "los problemas que hemos causado no los podemos resolver con el mismo nivel de pensamiento en que estábamos cuando los creamos". El hipocinetismo actual y los malos hábitos alimentarios deben ser contrarrestado con la mejor de las píldoras, ejercicio y alimentación equilibrada. ¿No sería necesario elevar nuestro nivel de conciencia?

En relación a la alimentación y nuestro cerebro, un estudio realizado en Gran Bretaña sobre la salud incluyó 22.000 personas en 2001 donde se encuestó sobre la agudeza mental, el estado de ánimo equilibrado, felicidad y la relación que todo ello podía tener con la alimentación. Los resultados mostraron que el 76% de la gente a menudo estaba cansada; el 58% sufrían cambios de humor; el 52% se sentía apático y desmotivado; el 50% sufría ansiedad; el 47% tenía dificultades para dormir; el 43% tenía mala memoria o dificultades para concentrarse y el 42% sufría depresiones. ¿Lo estamos haciendo correctamente?

El Prof. Holford nos deja cinco elementos esenciales a tener en cuenta para la salud de nuestro cerebro. Éstos son: elige bien los hidratos de carbono y mantén en equilibrio tu glucosa; toma grasas esenciales; ingiere fosfolipidos; ten una correcta ingesta de aminoácidos; y no olvidar los que el denomina alimentos inteligentes.

En cuanto a los hidratos de carbono, nuestro cerebro es el máximo consumidor de glucosa de nuestro organismo. El desequilibrio de glucosa al cerebro genera fatiga, irritabilidad, falta de concentración, entre otras. Los hidratos de carbono complejos como los cereales integrales, hortalizas, judías o lentejas, son la mejor opción en contra a los refinados. Ello mantendrá tu azúcar estable. Además si eliges integral ¡mucho mejor!

Pero ¿y qué pasa con las grasas? Pasamos por alto que nuestro cerebro, si le quitamos el agua, el 60% es grasa. El déficit de algunas, como los ácidos grasos esenciales, se han visto relacionados con enfermedades como la depresión, la falta de atención y otras enfermedades neurológicas. Así los famosos ácidos grasos omega 3, unas grasas esenciales que podemos encontrarlas en alimentos como el pescado azul, las nueces, semillas de lino, tienen un valor esencial, no solo como parte estructura del nuestro cerebro, sino también en la mejora del aprendizaje, depresión, esquizofrenia, etc.

Otro tipo de sustancia inteligentes para tu cerebro, son los fosfolipidos, ayudantes de la fabricación de las membranas que recubren nuestras neuronas y que permiten un efectiva comunicación entre ellas. Mejoran nuestro humor, mejoran el rendimiento intelectual y protegen frente al declive de la memoria y el Alzheimer. Uno de los principales fosfolípidos es la lecitina, la cual podemos añadir en forma de gránulos a nuestros cereales del desayuno.

Si de azúcares y grasas hemos hablado, no podemos olvidar a los aminoácidos, ladrillos con los que se constituyen las proteínas y que son los encargados de comunicar las diferentes neuronas de nuestro cerebro formando los llamados neurotransmisores. Seguro oísteis hablar de la serotonina ¡hormona de la felicidad! y que nos mantiene el ánimo. Judías, lentejas, quinoa, tofu, pescado y carne son buenas fuentes de proteínas.

No podemos olvidar la ingesta adecuada de vitaminas de complejo B, presentes por ejemplo en cereales integrales y hortalizas; la vitamina C y minerales como el magnesio, manganeso y zinc. Nueces, semillas, fruta fresca y hortalizas, son buena fuente de cada una de ellas.

Por último, no olvides que somos lo que comemos y hacemos. Una nutrición óptima para tu mente y tus emociones, requiere no solo de tomar los alimentos correctos sino también de reducir al máximo todos aquellos tóxicos, como alcohol, tabaco y la reducción del estrés. ¿Té apuntas al cambio? Si quieres vivir y mantener la pasión alimenta tu cerebro.

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