La vida vista

Félix Ruiz / Cardador /

El típico 'piojo' mediterráneo

El novelista griego Petros Markaris anduvo ayer por Barcelona para presentar una nueva novela de la ya célebre serie policiaca que protagoniza su desengañado comisario Costas Jaritos. Markaris, como es costumbre, aprovechó su presencia en España para reflexionar sobre la situación política de los países mediterráneos y se mostró quejoso y pesimista sobre el presente y el futuro de una Unión Europea en la que, a su juicio, Alemania come y los demás limpian la vajilla. De hecho, tan oscura es su visión que en su nueva obra, que ambienta en 2014, Grecia y España aparecen ya desligadas del euro y de vuelta a la peseta y el dracma, mientras el pobre Jaritos y su muy mediterránea familia se ven abocados a abrocharse el cinturón tras pasar tres meses sin cobrar. Las críticas de Markaris no se quedan sin embargo ahí, sino que en la novela se lanza un dardo a la generación que luchó en los 70 en Grecia contra la Dictadura de los Coroneles y luego se aprovechó de su buena posición para traicionar al país, olvidarse de cualquier sueño colectivo y dedicarse a nutrir sus cuentas bancarias. Explica Markaris en ese sentido que Grecia asiste actualmente "a la gran decepción por esa generación de la Politécnica, la que resistió a la dictadura militar, que cuando tomó las riendas del dominio público se benefició de aquella resistencia a la dictadura y se apropió del sector político, del sindical y del universitario". Más claro, el agua y, por cierto, fácilmente aplicable a un país como España y a no pocos caraduras que después de correr de facto y en algunos casos inventarse que corrían delante de los grises en los estertores del franquismo o hacerse los héroes de la Transición se han apoltronado y se siguen apoltronando al calor de lo público para ganar y ganar billetes sin dar apenas golpe mientras la calefacción calienta sus despachos políticos, empresariales, sindicales o universitarios. No deja de ser curioso en todo caso que España y Grecia se parezcan hasta en la tipología de sus piojos, esos tipos que chupan la sangre en una traición que, más que a España o a Grecia, se hacen a sí mismos.

¿Qué sentirían los jóvenes que fueron si los viesen ahora? Asco. Supongo que asco.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios