La pica en flandes

Francisco J. Domínguez

El diciembre más largo

D ICIEMBRE será este año más largo. Tendrá 31 días, con sus festivos, su puentes y sus vacaciones, pero se hará más prolongado porque ni hay gana de Navidad ni cartera que soporte el ritmo que imponen las fiestas tal y como se encuentran las economías domésticas. Un camarero habla con un cliente en un bar y le relata que de las 25 comidas que sirvió en diciembre de 2007 ha pasado a cuatro y el negocio se ha resentido. La facturación de diciembre daba para ir tirando medio año pero eso se ha terminado porque vamos camino de los seis millones de parados, porque los que tienen no gastan, porque el subconsciente se lo impide y porque los funcionarios, ojo a esta clave, no tendrán extra. De 25 comidas a cuatro se dice pronto y de 2007 a 2012 va un trecho en el que los atisbos de luz al final del túnel han sido muchos. Esta misma semana se han conocido distintas previsiones que fijan en la horquilla 2014-2015 la salida de esta recesión, pero, a estas alturas de la película, eso ya no se lo cree nadie. El deterioro que han sufrido la economía del país y las domésticas es tan elevado que pensar en la bonanza de 2006 o de 2007, cuando comenzó lo que ZP llamaba desaceleración, se hace sumamente lejano. Quizá los restaurante nunca debieron servir más de cuatro comidas de Navidad, quizá lo de 25 era un disparate pero lo cierto es que el adelgazamiento de las condiciones de vida ha sido tal que las previsiones quedarán en agua de borrajas dentro de dos años porque el desgaste de las estructuras será tremendo durante 2013. La OCDE y el FMI, a mi juicio, no cuentan en sus previsiones con la psicología del ciudadano, con que estas crisis tienen un matiz de cambio de mentalidad brutal. Tampoco sopesan que hará falta que salgan de España más de medio millón de universitarios y de personas con un nivel de estudios entre medio y alto para equilibrar nuestra balanza de empleo-formación.

Y mientras llega diciembre con la mente más encogida que la cartera. Mirando la cuenta corriente y repartiendo entre los compromisos que debemos afrontar. Nunca se vieron tantos días en el calendario porque nunca hubo tan poco para tanto gasto. El último mes está aquí y se llevará un año para olvidar, un año que ha pasado muy pronto, quizá más rápido de lo que tardará en pasar diciembre y sus estrecheces. Quizá como antesala de lo que está por venir, los bancos de alimentos han desarrollado una campaña de recogida de comida porque para muchos los meses llevan siendo largos desde hace tiempo y, como no escampa el temporal, se tendrá que incrementar la solidaridad para que haya caldo en miles de hogares. Malos tiempos en los que te piden a la puerta del supermercado que compres un kilo de arroz para que otro acorte su hambre y su mes de diciembre.

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