F. J. Domínguez

Señoras de gris sobre fondo verde

Entre 5.000 y 10.000 grullas llegan cada cada año a la provincia procedentes del confín de Europa

HACE frío, pero las grullas llevan aquí desde que en Escandinavia o en las estepas rusas terminó la estación templada. Y es que estas aves hacen el petate cuando bajan las temperaturas en el norte de Europa y llegan cuando aquí comienza a atisbarse las primeras heladas, aunque, en los últimos años, los otoños cálidos han supuesto que su bajada hacia el sur se haya ralentizado para luego prolongar su estancia debido a olas de frío como la que azota el centro y sur de Europa desde hace unas semanas. Pese a que su hábitat excéntrico dentro de la provincia la convierten en un ave desconocida para la gran mayoría de los cordobeses, lo cierto es que Córdoba es uno de los grandes invernaderos de España de estas aves señoriales de color gris que recalan cuando las dehesas ya tercian el verde propio de final de primeros del invierno. Se estima que entre 5.000 y 10.000 grullas, según los años y teniendo en cuenta distintas estimaciones de la Sociedad Española de Ornitología (SEO), pasan el invierno en las estepas y dehesas más aclaradas del sector occidental de Los Pedroches y en el norte del Alto Guadiato. Estas poblaciones conectan además con todas las que se mueven entre La Serena, al sur de Badajoz, y el Valle de Alcudia, al sur de Ciudad Real, y entre las tres constituyen la población grullera más importante de España.

El hábitat de la grulla es muy variable. Un estudio de la SEO describe distintos hábitat para la grulla. En el suroeste español destacan las dehesas, pero también son aves a las que gusta la cercanía de espacios húmedos, como ríos, embalses y lagunas. Es el caso de las vegas del Zújar, Fuente la Zarza o el embalse de La Colada, que pese a su reciente construcción convocada cada año en sus orillas a cientos de grullas que han consolidado gracias al pantano una población que ya existía, aunque en menor número, antes de la construcción de la presa sobre el río Guadamatilla. Así, entre los términos municipales de Hinojosa del Duque, El Viso y Belalcázar se contabilizan cada año varios dormideros más importantes catalogados por la SEO. En el entorno del Zújar, ubicados en los confines del término de Belalcázar, destacan los de los Rasos de Cachiporro y los de los Armijos, en Hinojosa Fuente la Zarza y las Patudas y en El Viso de los Pedroches, en Cabra Coja, Linarejos, la dehesilla y Cerroblanco. Muy cerca de estas dehesas, en Fuente La Lancha, se encuentra el paraje El Charcolino, donde existe un pequeño embalse donde también se localiza otra población de grullas. Ya en el Valle del Guadiato, aparte de las vegas del Zujar, río este que desemboca en el embalse de La Serena después de discurrir de sur a norte sirviendo de frontera entre Córdoba y Badajoz, se localizan importantes invernaderos de grullas, según la SEO, aunque no de tanto calado como los de Belalcázar e Hinojosa. Y es que estos últimos conservan su potencial en la conexión con las poblaciones limítrofes del sur de Badajoz. De hecho, buena parte de los ejemplares que duermen en las comarcas de La Serena y la de la Siberia extremeña se alimentan en Los Pedroches.

Precisamente, la presencia de la grulla en el norte de la provincia de Córdoba tiene un claro diferencial con respecto a las que habitan en los humedales castellanos o en otros espacios esteparios del suroeste de España como es el caso de la Siberia extremeña, ya que la presencia de la grulla está directamente asociada al consumo de bellotas. La densidad y calidad de algunos encinares del noroeste cordobés hacen permanente la presencia de este ave de gran porte y evidente elegancia durante todo el invierno. Este año, además, la buena producción de bellota y el intenso frío han posibilitado la llegada de más ejemplares.

La gran cantidad de bellota que consumen estos animales les granjea mala fama con los ganaderos, ya que las bandadas de grullas merman la cantidad de la bellota de la dehesa. Sin embargo, la grulla se ha convertido en un atractivo turístico de primer nivel en puntos tan cercanos como Extremadura. Distintas poblaciones celebran cada año eventos como el Festival de las Grullas y el turismo ornítológico se ha convertido en una importante fuente de ingresos en La Serena. También en Aragón, concretamente en Gallocanta, se celebra un festival de grullas. En Córdoba, aún no se han desarrollado actividades de este calado y la llegada de estas señoras de gris posadas sobre el tapete verde de las dehesas se empieza a conocer por las actividades programadas por distintas asociaciones, que realizan rutas de senderismo sobre todo.

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