Reloj de sol

Joaquín Pérez Azaústre

Poesía desde el Aula

POESÍA y Narrativa desde el Aula son actividades paralelas que, desde hace exactamente siete años, viene desarrollándose en el arco de la Delegación de Cultura de la Diputación de Córdoba. La columna, normalmente, debe de empezarse con una buena frase o con un mero matiz de observación: la literatura se ocupa de los matices, escribió Muñoz Molina, y qué es el columnismo sino una observación de la pura minucia informativa. Hoy, sin embargo, no comienzo con ningún matiz ni con una buena frase, o quizá sí lo hago, porque no hay mejor inicio, si hablamos de iniciativas provinciales que tengan proyección real, activa, en relación al fin que se persigue, que hablar directamente de Poesía y Narrativa desde el Aula. Lo que puede ser Eutopía, en el marco del Instituto Andaluz de la Juventud, como oferta no sólo de ocio cultural, sino también de una necesaria formación de artesanía en cualquier disciplina de creación, pasando por el guión cinematográfico y el comic hasta llegar a la música pop, el hip-hop o los montajes audiovisuales, lo es Poesía y Narrativa desde al Aula para los alumnos adolescentes de institutos de toda la provincia que, a lo largo del curso y tutelados por sus profesores de Lengua y Literatura, con el amparo leal de la Diputación, van desarrollando esa simiente, esa vocación tal vez incierta que es necesidad de redención.

Escribir es una redención: no sólo ante los otros, sino especialmente ante uno mismo. Escribir, cuando se convierte en un oficio, puede perder magia adolescente: volviendo a Muñoz Molina, él dijo una vez que escritor es quien publica libros, a lo que podríamos añadir que el matiz profesional se adquiere si te pagan por hacerlo, como en cualquier otro oficio. Y el oficio, entendido como tal, no debe hacer perder el magma de misterio impredecible, la expresión fibrilar de una emoción que llega a sentir cualquiera cuando escribe desde su pura pulsión. Llevo cuatro años asistiendo, con gozo y gratitud, a la jornada de clausura Narrativa desde el Aula, esa traca final en que los chicos leen sus relatos breves en el salón de plenos de la Diputación, que después les ofrece unos diplomas. Este año he acudido a Poesía desde el Aula, y he podido escuchar todos los poemas que este grupo de alumnos pertenecientes a varios institutos de toda la provincia, esa sucesión de una verdad que alcanza ya su forma literaria en una perfección de los sentidos. La nueva cara de Cultura es José Mariscal, al que hay que desearle buena suerte en la conservación de esta herencia brillante de sus predecesores, empezando por Matías González, pasando por Alberto Gómez y terminando en el muy recordado Serafín Pedraza, todos ellos garantía de un saber estar que hacía brillar con tino a los chavales. Habrá que mantener lo que lograron.

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