La fotografía de José Carlos Nievas (Bujalance, 1966) vuelve a estar presente en el Museo de Bellas Artes -tras la muestra colectiva Museo latente- a través de la exposición Jugadas de Museo, en la que el artista retrata de forma singular y creativa a algunos de los profesionales más representativos del deporte cordobés sobre el fondo de algunas pinturas de la pinacoteca. En esta novedosa exposición, que se inaugura esta tarde y que mezcla mundos tan distintos pero a la par tan unidos, Nievas retrata a Paco Bustos, Carlos Machado, Gerardo Amián, Rafa Muñoz, Elena Domínguez, Miguel Reina, Antonio Cabello, Ricardo Guerrero, Rafa Lozano, Alfonso Reyes, Luis Castro, Belén Recio, Domingo García, Sara Moreno, Rafael Berges, Pablo Villarejo, Pepe Díaz y Javier López; "héroes modernos" del deporte cordobés, como explica en el catálogo José María Palencia, conservador del Museo de Bellas Artes.

Palencia identifica en su artículo a los museos como catedrales modernas en las que los deportistas son "los nuevos santos" que pasan a ser "venerados en esos templum artis". Debido a su fama estos profesionales "son los que nos enseñan, demuestran, deslumbran, fascinan y conmueven con sus hazañas o sus proezas". Por tanto son ellos "la manifestación primaria y mejor conseguida de nuestros grandes héroes modernos", añade Palencia.

El arte de la fotografía ha mostrado a lo largo de los años la evolución de la sociedad y ha retratado a los personajes más influyentes de la época, como reyes, escritores o políticos. En el siglo XXI Nievas ha querido "recoger el testigo clásico y actualizarlo con los personajes que en este tiempo aclama la gente", asegura el artista. Se trata de deportistas de élite que se han convertido en "tótems actuales llegando a ser dioses de una moderna religión" y que ahora plasma en estas creaciones. Cada una de las imágenes de Nievas va acompañada por una nota explicativa realizada por Francisco Merino, jefe de Deportes de El Día.

De esta manera, en Jugadas de museo la fotografía de Nievas une los conceptos de deporte y museo, aunque como recuerda en el catálogo la directora del Bellas Artes, Fuensanta García de la Torre, la vinculación de ambos no es nueva ya que "algunas estadísticas sobre visitantes de museos españoles, señalan precisamente entre los más visitados los de dos equipos de fútbol, el Museo del Real Madrid y el Museo del Fútbol Club Barcelona".

Tampoco es nueva la conexión entre fotografía y deporte. Fue en 1870 cuando el británico Eadweard Muybridge consiguió su Caballo en movimiento, un trabajo que supuso un paso definitivo para la fotografía deportiva. Desde entonces la imagen ha ido unida a todo tipo de acontecimiento deportivo, propiciando además su popularización.

En Jugadas de museo, Nievas utiliza las traseras de algunas importantes pinturas del Bellas Artes como un fondo imaginario para las fotografías de estos deportistas que, manipuladas química y digitalmente, dan como resultado "un acabado con una sutil sensación pictórica", apunta García de la Torre. Nievas ha preferido captar con su cámara las obras pintadas sobre tabla a las realizadas sobre lienzo, ya que ésta muestra mejor su antigüedad y sus elementos estructurales gracias a su materia y texturas, por lo que es mejor portadora de efectos visuales.

Así, algunos de los deportistas captados son el balonmanista Paco Bustos, para el que el artista ha elegido el dorso del Bodegón de las naranjas de Rafael Romero Barros, para el palista prieguense Carlos Machado ha utilizado el anónimo Calvario, para el retrato del campeón de España de raid hípico Gerardo Amián la Niña de la perla de Rafael Romero de Torres Pellicer, para el nadador Rafa Muñoz la Vista de Córdoba, del belga Francisco Antonio Bossuet; a Elena Domínguez la relaciona con la tabla de Baltasar del Águila que representa a San Juan Evangelista, y a Miguel Reina con Pablo de Céspedes y su Virgen con ángeles.