El profesor cordobés de Latín Alberto Monterroso debuta en la literatura con su primera novela histórica, El emperador impasible (editorial Alcalá), una obra narrada en primera persona en la que indaga en la personalidad y el pensamiento de Marco Aurelio y la influencia que recibió de los intelectuales cordobeses de la época. Monterroso ha presentado esta semana su trabajo en la nueva librería Luque.

-'El emperador impasible' se desarrolla en torno a una carta de Marco Aurelio. ¿Por qué escribe esta misiva?

-La carta es una especie de recopilación de toda su vida en la que cuenta sus orígenes cordobeses, su pensamiento y los acontecimientos que ha tenido que afrontar. Es una deuda que tiene contraída con un primo lejano de Córdoba de la familia de los Dasumios que le había pedido que le contase sus orígenes. De esta forma pretende saldar esa deuda y contar su verdad. La carta es la que pone en marcha todo el hilo narrativo de la novela.

-¿Cuál es la verdad de Marco Aurelio?

-Es bastante complicada porque se interrelacionan diversos aspectos. Por una parte, es una persona que obedece a una tradición, la de los pensadores e intelectuales cordobeses desde el siglo I a.C., desde los primeros poetas y Seneca el Viejo. Junto a él hay una serie de pensadores en la ciudad, como Junio Galión o Porcio Latrón, que fue considerado como el orador más grande de su época, que siguen una línea muy interesante desde el punto de vista político porque viven el fin de la república en Roma y el principio del imperio, lo que acarrea una serie de cambios sociales, políticos y económicos de muy alto nivel. Ellos, desde esa época, tienen una trayectoria que se va transmitiendo de generación en generación y que desemboca en Marco Aurelio, que también tiene orígenes cordobeses y que hereda la búsqueda de mayor justicia social y ese pensamiento de moderación. La verdad de Marco Aurelio arranca de esa tradición de intentar mejorar la política, la sociedad y el nivel de vida de los ciudadanos del imperio. Esa tradición la entremezcla con algunas reflexiones de la condición humana y sobre la vida que a él le ha tocado vivir.

-¿Qué cuenta en la carta?

-Marco Aurelio aprovecha para narrar su idea sobre la vida, su filosofía, su enfrentamiento con los bárbaros que invaden la frontera del imperio, el levantamiento de su mejor general, la traición de su hijo y la infidelidad de su esposa. Todo esto, unido a su pensamiento y experiencias como ser humano, son las verdades de Marco Aurelio.

-¿Qué relación tuvo con los intelectuales cordobeses?

-Su contacto fue a través de la tradición y la lectura. No los conoce personalmente pero él dice que "en los libros hablan las almas de los hombres" y por eso dialoga con ellos, sobre todo con Séneca, que es el más cercano. Es un hombre que se prepara rigurosamente, tiene los mejores maestros de la época.

-¿Por qué el emperador decide escribir la carta en ese momento?

-Él sabe que su muerte está muy cercana y ante esto quiere contar su verdad. La carta está fechada el día uno de marzo del año 180 d.C. y Marco Aurelio murió el 17 de ese mismo mes. Cuando la escribe es un hombre anciano y enfermo, que se encuentra en un campamento en la frontera del Danubio. De esta forma vuelve a sus orígenes, porque aunque nace en Roma sus orígenes son cordobeses y su pensamiento sigue la trayectoria de los intelectuales cordobeses de dos siglos atrás.

-¿Él visitó la Bética?

-Desde pequeño, desde que se encarga del imperio, visita la Bética muy esporádicamente porque se debe a su obligación de gobernar, por eso no pudo, a diferencia de Adriano, viajar por el imperio. No tiene tiempo para ni visitar la tierra de sus padres ni para dedicarse a lo que realmente le gusta, que es el estudio, sino que tiene que afrontar una guerra tras otra.

-¿Prefiere hablar de la Bética antes que de sus experiencias en Roma?

-Todo va unido. Él echa de menos la Bética, pero lo que le une a ella son sus familiares y su pensamiento. Pero claro, para él la Bética es Roma. Para Marco Aurelio Roma simboliza la civilización, la cultura, el pensamiento y las grandes conquistas del ser humano. En este sentido Córdoba es reflejo de Roma y Roma reflejo de Córdoba. De hecho, muchas veces se piensa en Córdoba como una pequeña Roma porque desde el principio quiso integrarse en ella e imitarla. Los cordobeses de la época estaban orgullosos de ello, pero a la vez tenían una mentalidad cosmopolita.

-¿Qué defensa hace de Córdoba Marco Aurelio?

-Defiende la Bética en cuanto a la cultura y el pensamiento que emana de ella porque es una de las provincias más cultas y romanizadas del imperio. Desde el siglo II a. C. está plenamente integrada en Roma y en el mundo y aporta grandes personajes al conjunto del imperio.

-¿Cómo retrata al emperador en su libro?

-He intentado hacerlo de la manera más fiel posible. Al hacer mi tesis doctoral indagué mucho sobre Séneca el Viejo y los intelectuales del siglo I, empecé a conocer muchos personajes e intenté ahondar en su forma de pensar. Cuando llegué a Marco Aurelio me di cuenta de que la trayectoria intelectual de los cordobeses sigue su camino y desemboca en él. Es un personaje interesantísimo, un hombre con una hondura ética, con un sentido del deber y preparación cultural impresionante. Creo que es un ser humano emblemático del siglo I, que es el siglo de la cultura y la civilización. He pretendido indagar en su modo de pensar, he leído los documentos de la época, todo lo que hay escrito sobre él, me he releído varias veces una obra suya de filosofía, Meditaciones, un tratado por el que se incluye en la nómina de los filósofos estoicos. He realizado una especie de arqueología del pensamiento antiguo, en especial de Marco Aurelio, y por lo tanto intento retratarlo lo más fielmente posible, como creo que fue en la realidad.