La aventura poética que José Luis Rey inició hace más de un lustro quedó ayer coronada con uno de los premios más importantes de este género, el Internacional de Poesía Fundación Loewe, en su 22ª edición. El jurado del prestigioso galardón, dotado con 20.000 euros y la publicación de la obra ganadora en la editorial Visor, decidió premiar al pontanés por Barroco, un libro en el que profundiza en su proyecto de comprensión de la vida a través de la poesía, esa vía hacia la plenitud que a través del lenguaje dialoga con el misterio y se arrima al territorio de lo inexpresable.

Rey (Puente Genil, 1973) consolida con esta obra, elegida ganadora entre las 861 presentadas al premio, la audaz línea iniciada con La familia nórdica, un libro que supuso un giro en su obra con la puesta en marcha de una estrategia de indagación expresiva que se basa en la búsqueda de verdades esenciales a partir de elementos particulares. Una poesía rica en alegorías e imágenes, sugerente, expansiva y rotundamente luminosa que se nutre del irracionalismo, el surrealismo y matices modernistas y conecta al pontanés con las principales voces de la generación de los novísimos.

"Barroco intenta reflejar la vida como escritora del mundo: una especie de escritura barroca de todo lo que puede ser el mundo", señaló Rey tras el fallo del premio. El libro, dividido en cuatro partes (la última de ellas, un poema sobre la muerte entendida como un espacio "en el que se puede crecer"), está compuesto por poemas extensos que, según Antonio Colinas, miembro del jurado, abren definitivamente el camino a una nueva generación de poetas españoles que se apartan de la poesía de la experiencia para proponer una estética menos apegada a la realidad. Una poesía más visionaria e imprevisible, menos fotográfica, con la que Rey se siente identificado. Y que reivindica entre sus grandes referentes a Pere Gimferrer, Guillermo Carnero, Jaime Siles, Antonio Colinas y Luis Antonio de Villena, todos ellos en activo.

Ganar el Loewe es para Rey "cumplir un sueño siempre perseguido". "Este premio -añadió- es muy importante para mí por tres razones: por el jurado, que es impresionante; porque se publica en Visor, la editorial que está unida a la poesía desde hace décadas, y porque está respaldado por la Fundación Loewe".

El poeta quiso también recordar a otro de sus grandes maestros, Pablo García Baena, "nuestro gran patrón". "Cántico -subraya- renovó el esteticismo de la poesía en España en los años 50 y 60, en un momento en el que primaba la poesía social, que los ensombreció hasta que fueron rescatados por los novísimos, corriente a la que me siento más cercano".

Otro miembro del jurado, Jaime Siles, destacó la calidad de la obra ganadora, especialmente dos de sus textos, Culturalismo y Adiós a la experiencia, evidente constatación de las intenciones del autor. "Es un poemario modernista en el que hay un realismo visionario", añadió Siles. El libro "con que el se solidifica una nueva generación".

También formaron parte del jurado el director de la Real Academia de la Lengua, Víctor García de la Concha (en calidad de presidente), y los poetas Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald, Cristina Peri Rossi (ganadora de la pasada edición) y Luis Antonio de Villena.

El premio a la creación joven recayó en Sergio Copete (Santa Ponsa, Mallorca, 1989) por La ciudad de las delicias, una obra con la que quiere rendir homenaje a Barcelona, donde estudia Filología Clásica. Copete recibirá 7.000 euros y su obra también será publicada por Visor.

Kavafis, el Mediterráneo y los epigramas latinos son los elementos que vertebran un poemario que, en palabras de su joven autor, pretende "huir de toda retórica".

Para Luis Antonio de Villena, La ciudad de las delicias es un libro de un filólogo clásico. "Es un libro inaugural, con una gran tensión lírica y brillante. Este premio ha descubierto a un joven poeta sabio y culto", señaló.

Los premios Loewe fueron dados a conocer en un acto al que asistieron la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, y el director general del Libro, Rogelio Blanco, además de diversas personalidades del mundo de la cultura, la moda y el arte. También estuvo presente el presidente de honor del premio Loewe, Carlos Bousoño.

Los participantes en esta edición del prestigioso certamen procedían de 34 países, entre ellos Argentina, México, Estados Unidos y Chile.

El delegado de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, Joaquín Dobladez, mostró su "enorme satisfacción" por la "merecida" concesión del galardón a José Luis Rey. Para Dobladez, se trata de un poeta con una amplia e importante trayectoria. Con esta mención, considera, se premia toda una labor creativa que en ocasiones parece quedar "silenciada".

El delegado apuntó que Rey es también "un estupendo ensayista" y un hombre "honesto".