Jesús Munárriz. Poeta y editor

"Ya no me empeño en poner por escrito todo lo que se me ocurre"

  • El responsable de Hiperión, figura relevante de la poesía española de las últimas décadas, participa en el ciclo Cosmopeque. La editorial madrileña celebra sus 40 años de existencia.

Cosmopoética recibió ayer a Jesús Munárriz (San Sebastián, 1940), que mantuvo un encuentro con escolares en el marco del ciclo Cosmopeque y por la tarde firmó libros en la librería Títere. El fundador de Hiperión, editorial que el pasado año publicó su antología Materia del asombro, con poemas seleccionados por Francisco Javier Irazoki, es una figura clave de la escena poética española de las últimas cuatro décadas.

-¿Qué recursos hay que manejar para explicar la poesía a los más pequeños?

-La poesía no necesita explicarse, ni la de los pequeños ni la de los mayores. Si está bien hecha, funciona por sí misma. Y si no funciona, las explicaciones no arreglarían nada. Los chavales son listos y saben captar lo que el poema les dice si lo que dice les atrae o les interesa. Y no se les escapan los matices. Suelen ser un buen público, al menos conmigo. Y aunque lo hago pocas veces, me lo paso muy bien cuando me toca leerles mis poemas. Y creo que ellos también.

-¿Cómo surgió el proyecto de Materia del asombro? ¿Qué le parece la selección de Irazoki?

-Francisco Javier Irazoki, excelente poeta, paisano y amigo mío, quería que yo recopilara mis poesías completas al cumplir los 75 años, pero como sigo escribiendo y tengo libros inéditos, me pareció que aún no era el momento. Entonces se le ocurrió preparar una antología de 75 poemas, uno por cada año de vida, para mi cumpleaños. Yo no intervine en nada. El libro se publicó primero en Monterrey, México, por la Universidad de Nuevo León, y a continuación en Madrid, en Hiperión. Y a los lectores les ha gustado la selección, al menos a los que me lo han comentado, aunque yo eche en falta algún poema o podría suprimir alguno de los elegidos. Pero las antologías son de los antólogos más que de los autores.

-¿Mantiene la capacidad de asombro?

-Procuro no perderla, aunque con el paso de los años cada vez resulta más difícil asombrarse por algo. Uno ha visto ya demasiado. Pero sí, afortunadamente aún soy capaz de descubrir lo valioso que a menudo se esconde detrás de lo cotidiano.

-¿Cómo ha evolucionado su voz poética? ¿Qué inquietudes prevalecen?

-He escrito mucho, seguramente demasiado, así que cada vez siento menos necesidad de hacerlo si no tengo un acicate o un aliciente que realmente valga la pena para hacer un buen poema. Ahora ya no me empeño en poner por escrito todo lo que se me ocurre; procuro reservarme para el tema o el momento adecuado. Que afortunadamente no faltan, aunque sean menos frecuentes. De la evolución, que se ocupen los críticos o los estudiosos, no es tarea mía. Ya me basta con escribir los poemas. ¿Inquietudes? Las de siempre, pero con otra perspectiva, otra visión, la que da la edad.

-Hiperión ha cumplido 40 años. ¿En qué momento se encuentra la editorial?

-Nuestro primer libro, el Hiperión de Hölderlin que yo mismo traduje, apareció en la primavera de 1976. Y se sigue reeditando. Tenemos bastantes buenos libros como ese, libros de grandes poetas universales bien traducidos y en ediciones bilingües, que no son de interés momentáneo sino permanente, que van encontrando nuevos lectores conforme van apareciendo nuevas generaciones y los van descubriendo. Eso es lo más importante de nuestro fondo y seguimos incorporando autores y títulos valiosos. Pero, al mismo tiempo, seguimos apostando por poetas actuales, en especial por poetas jóvenes, y ayudando a darlos a conocer, sobre todo gracias a los premios que publicamos. La crisis general del país coincidió con una crisis nuestra debida a varios factores externos, pero ya hace tiempo que hemos vuelto a levantar cabeza.

-¿Cómo ve usted el panorama editorial español?

-Por una parte ha ido desapareciendo la mayor parte de las editoriales de tamaño medio, como la nuestra, absorbidas por las grandes, que tienden a acumular sellos y autores. Por otra, han ido surgiendo y aparecen continuamente nuevas empresas llenas de entusiasmo y de ideas nuevas, de las que muchas duran poco pero que en otros casos se consolidan, aciertan y enriquecen el panorama. Se publica muchísimo, tal vez demasiado, porque ni los libreros, que han disminuido, pueden asimilarlo, ni sobre todo los lectores. ¿Quién es capaz de leer todos los buenos libros que se editan cada año? Pero, en fin, más vale que sobre que no que falte.

-¿Y el paisaje poético? ¿Qué autores actuales le interesan en mayor medida?

-A mi edad, y pese a estar en el meollo del asunto, ya no me apremia estar al tanto de todo lo que se publica. Leo mucho por obligación, como editor y en los concursos, leo también a los amigos, que me mandan sus libros, pero sobre todo leo y releo a los grandes, a los clásicos, con los que ya sé que nunca voy a perder el tiempo. Y no voy a nombrar a nadie entre los actuales, claro, solo diré que los hay muy buenos y muy variados, y que es tarea de los lectores descubrirlos por su cuenta.

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