Clara Janés. Escritora

"El problema es siempre el hombre en el mundo"

  • La barcelonesa, que ayer presentó en Madrid una amplia antología de su obra poética, protagonizará el próximo sábado el acto inaugural junto a Alice Oswald en el Teatro Góngora.

Clara Janés (Barcelona, 1940) protagonizará el próximo sábado en el Teatro Góngora la lectura inaugural de Cosmopoética junto a Alice Oswald. La catalana, elegida académica de la Lengua el pasado mayo (para el sillón U, ocupado anteriormente por Eduardo García de Enterría), presentó ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid Movimientos insomnes (Galaxia Gutenberg), antología de su obra poética coordinada por Jaime Siles. Una producción que abarca medio siglo, desde Las estrellas vencidas (1964). Licenciada en Filosofía y Letras, Janés es también traductora prolífica, en particular de la lengua checa, ensayista, novelista y memorialista.

-¿Qué ha preparado para el acto del sábado?

-Mi idea es empezar con un poema en homenaje a Pablo García Baena y después seguir con lo último que he hecho, que relaciona poesía y ciencia. En Cosmopoética tuve un diálogo y lectura sobre poesía y ciencia, con Javier Moreno. De hecho, fue mi primera intervención sobre este tema y fue muy bonita. Como lo último que he hecho va sobre este aspecto, voy a recogerlo en la lectura del sábado.

-¿Qué aportan festivales como Cosmopoética?

-Para mí han sido fundamentales. Empecé a ir a festivales, sobre todo fuera de España, en el año 85, a Lieja, y luego a Rotterdam y Berlín. El intercambio que se hace con otros poetas es extraordinario. Mi impulso de traductora se puso entonces en movimiento. He traducido e introducido en España a muchos de esos autores a los que he conocido en los festivales. Creo que son fantásticos.

-¿Qué significa Movimientos insomnes en su trayectoria?

-Es un paso importante. Es una antología muy extensa que abarca desde el principio e incluye bastantes poemas inéditos. Engloba todo excepto la parte de poesía cantada, incluyendo una parte menos conocida que es la de poesía visual. Me hace mucha ilusión verlo todo recogido.

-Acoge el inédito Estructuras disipativas, con caligramas y poemas dedicados a la obra escultórica de Martín Chirino...

-Sí, lo meto aquí porque escribo tantas cosas concretas que ni me da tiempo a ocuparme de intentar publicar un libro.

-¿Cómo ha evolucionado su relación con la poesía desde sus inicios en la escritura?

-Al principio estaba dominada por el ritmo y por la relación del hombre con el mundo de una manera un poco desgarrada, porque la época en que yo empezaba era el momento de auge del existencialismo, era lo que yo vivía, todo el tiempo la pregunta sobre el ser y el existir, el tiempo, la fugacidad... Hasta que en un momento dado resuelvo este problema existencial incorporándome del todo a la vida, digamos, y eso se muestra en el libro Vivir. Y empiezo en el canto del objeto, del animal, de la planta, un canto sin tanta subjetividad, hasta que tomo el tema de la física y las estrellas. En Vivir hay un cambio de estilo porque no es lo mismo escribir sobre una piedra que lanzar un grito existencial. Hay una relectura a fondo de los clásicos y muchos elementos que vienen del soneto, de la poesía barroca... Y el siguiente paso tiene que ver con el hecho de contar historias en verso. En mi evolución me apoyo en primer término en San Juan de la Cruz, y tras él Quevedo, Góngora y la Generación del 27; y luego viene la poesía de Holan, que es donde todo el tema existencial cobra fuerza, porque reconozco un maestro en la manera de expresar. Después vienen de nuevo los clásicos y finalmente me lanzo a relatar algunas historias como en el Diván del ópalo de fuego, que es la leyenda de Layla y Majnún, y Los secretos del bosque, que es una leyenda inventada.

-¿Cómo afronta esa relación entre poesía y ciencia, dos ámbitos aparentemente tan alejados?

-No están tan alejados. Si lees los escritos de Heisenberg descubres que hay mucho elemento poético, y además él defiende la poesía como la que es capaz de descubrir un saber al que la ciencia no llega, porque la ciencia está siempre en evolución y no es exacta como se cree; en un momento dado, lo que se sabe se supera. Y siempre existe este proceso: superación de una cosa que se sabe. La poesía, en un rapto de intuición, puede llegar a un punto al que la ciencia no ha llegado. Para mí no fue un cambio interior porque el tema de la valoración de las ciencias lo tengo desde la infancia. Por ejemplo, el único libro que conservo del Bachillerato es el de Ciencias Naturales. Yo todo esto lo voy incorporando y al final veo que el problema es siempre el mismo: el hombre en el mundo. Primero, en el mundo del entorno; después, como un ser al que difícilmente llegas. Y cuando te preguntas qué hace el hombre en el mundo es cuando se reconoce la posibilidad de hacer el salto al hombre en el cosmos, y ahí entra todo el tema de la ciencia.

-¿Cómo ve el panorama actual de la poesía en España?

-Ahora mucha gente escribe, lo que es normal, porque la gente lee más y tiene más acceso a la cultura. Encontramos, por un lado, poesía muy bien hecha pero a veces mimética, y de repente salen cosas increíbles. Hay una chica que tiene 21 años, Mar Pérez, que acaba de publicar un libro llamado Carta en el bolsillo de un muerto y en el que demuestra una cultura enorme para su edad. Se inserta totalmente en la tradición universal, y seguramente el paso puede ir por ahí. Tiene mucho elemento de carácter social, político..., pero siempre poético. Me ha impresionado mucho. Siempre pasará lo mismo: hay una rasante y de repente un pico.

-Uno de sus últimos libros publicados es el ensayo Guardar la casa y cerrar la boca. Cuánto queda por descubrir y contar sobre la historia de las mujeres en la literatura...

-Sí, eso es lo que yo pensé en los dos años en que duró el proyecto. Justamente fue en Córdoba donde hablé por primera vez de la poesía española femenina unida a la poesía arábigo-andaluza. Ya me había interesado por la poesía de las mujeres en mi trabajo en la Universidad, pero a partir de entonces empecé a profundizar mucho más, a buscar y a interesarme, y encontré cosas inusitadas, tantas que me decidí a hacer un libro.

-¿Cómo lleva su condición de académica?

-Soy académica electa, lo cual quiere decir que hasta que no haga el discurso y no lo aprueben no puedo ir a la Academia. Creo que para Navidad habré terminado el discurso, y luego, cuestión curiosa, pasa una censura. Una censura estilística: es interesante esto. Luego tengo que elegir al que me va a contestar, que también pasará una censura, y se decidirá la fecha. Las cosas de palacio van despacio.

-Sí, es curioso lo de la censura...

-Pero lo encuentro tan divertido...

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