Cultura

"Hasta Tarantino se interesó por su fusión de flamenco y rock"

  • Ricardo Pachón, el productor de los tres primeros discos de Lole y Manuel, rememora a su gran amigo desde sus inicios con los Smash.

La Chispa, la viuda de Camarón, telefonea a Ricardo Pachón mientras atiende a Diario de Sevilla para darle el pésame y pedirle detalles sobre el funeral de Manuel Molina. Al productor de discos como La leyenda del tiempo y los tres primeros álbumes de Lole y Manuel lo despertaron a las cuatro de la mañana para confirmarle el deceso de su gran amigo, una figura cuya importancia capital en la historia de la música popular de las últimas décadas ilustran los documentales Underground. La ciudad del arcoiris de Gervasio Iglesias y Dame Veneno de Pedro Barbadillo, coguionista junto a Luis Clemente. "Ahí podemos seguir los orígenes de lo que se ha llamado flamenco-fusión o flamenco-rock, donde participaron los Smash con Manuel Molina, Pata Negra y Camarón", explica.

Para entender la figura de Manuel Molina en toda su extensión hay que remontarse a 1971 en la Playa de Aro, en la Costa Brava, el lugar de reunión de la gauche divine barcelonesa. "Oriol Regás, el productor de Bocaccio, había oído unas maquetas que grabamos sin ninguna pretensión en los sótanos del Hotel Murillo de Sevilla a finales de los 60. EMI-Odeón nos había encargado unas grabaciones de flamenco, pero el último día se presentaron sin avisar Manuel y los Smash. Congeniaron tan bien con los técnicos de sonido que terminaron grabando algunos temas. Estaban allí, entre otros, Gualberto, Julio Matito, el batería Pepe Saavedra, Antoñito Smash y Manuel cantando. Era una reunión de rockeros hippies sevillanos porque aquí, por la influencia de las bases americanas de Morón y Rota, caló fuerte la música de California", rememora Pachón.

Aquella grabación se la llevaron a Barcelona, y como el estudio de EMI estaba en la misma calle que su productora, Oriol Regás pudo escuchar la maqueta y no tardó en pedirle a Pachón grabar un disco con Molina y los Smash, El garrotín, que llegó a ser muy famoso. "Me costó sobre todo convencer a Manuel, que se ganaba ya la vida como guitarrista al igual que su padre, pero lo logré al ofrecerme a sacarle de la mili. Así que nos fuimos a los cuatro apartamentos que Regás puso a nuestra disposición en la Costa Brava Julio Matito, Antoñito Smash, Gualberto, Henrik Liebgott El Danés y Manuel Molina, un gitano al que entonces no le gustaba el rock".

El productor de Bocaccio, "un verdadero mecenas", no sólo les ofreció el equipo que cada uno pedía, como un bajo Fender que los Smash habían visto tocar a los Beatles, "sino que también nos puso un técnico de sonido y ¡un sueldo! Regás tenía discotecas en la Costa Brava que cerraban en invierno y nos cedió una, Madox, para ensayar. Imagínate lo que supuso para Manuel, que tocaba en La Pañoleta y otras ventas de las afueras de Sevilla, tener un sueldo diario por tocar. Al principio no había mucho entendimiento, los Smash estaban obsesionados con sonar como Jimi Hendrix y Manuel iba a lo suyo, al flamenco, pero un día Matito cantó en inglés Silent night y así, medio en broma, medio en serio, surgió El garrotín, donde Manuel canta mitad en castellano y mitad en inglés".

En la Costa Brava la formación se disolvió en el ácido y se disgregó. "Gualberto se marchó a Nueva York, Henrik se volvió a su país, Antoñito regresó a Sevilla, Matito intentó formar otro grupo y Manuel Molina regresó al flamenco y estuvo unos años acompañando a la guitarra por América Latina a una bailaora muy guapa a la que habían apodado La Contrahecha y a la que sólo él le marcaba bien el compás", continúa Pachón.

Los Smash y Manuel iban cada uno por su lado hasta que en 1975 el guitarrista se reencuentra con Lole Montoya, "a la que conocía desde chico porque vivían en la misma acera del Tardón, en la calle Juan Díaz de Solís, muy cerca de la casa de Antonio Smash, Chiquetete e Isabel Pantoja. Empezaron montando canciones sobre poemas de Juan Manuel Flores, un escritor maravilloso y nieto del arquitecto Juan Talavera". Con sus letras se grabó Nuevo día, un disco que impactó en toda España. "Todas las letras son de Flores salvo un estrambote que Manuel introdujo en Un cuento para mi niño. En el segundo disco con Lole se atrevió a componer más, generalmente él les ponía voz a sus propios poemas, son letras muy flamencas". Lole y Manuel siguieron su trayectoria ascendente con el sello CBS al grabar Pasaje del agua, que retoma la fusión flamenco-rock con músicos de Alameda y Smash, siete años después de El garrotín. "A diferencia de Las Grecas, que no eran rockeras y cantaban lo suyo pero luego su productor les hacía arreglos modernos de pop americano y soul, Lole y Manuel sí hicieron verdadera fusión. Tanto que hasta Tarantino le pidió a la SGAE y a Manuel permiso para introducir en Kill Bill 2 el tema Tu mirar, que grabamos en Madrid con un coro de niños seises sevillanos".

Romero verde fue el tercer disco de Lole y Manuel y el último que Pachón produjo para ellos. "A partir de ahí comenzaron sus problemas de pareja que condujeron a la separación personal y artística. Ninguno de ellos en solitario obtuvo el éxito que lograron juntos porque como Lole y Manuel eran la bomba. Lole entró en el culto y ha estado muchos años sin cantar en público, ahora ha retomado su carrera y su voz sigue siendo un prodigio. Manuel, que encontró tras la separación a su actual mujer, Lola, con la que tuvo un hijo hoy veinteañero, fue muy fiel a los miembros de Smash. Tras fallecer Matito y Jesús [de la Rosa] de Triana se dio de baja como rockero. Acostumbrado a cantarle a Lole, no se atrevía a hacer carrera en solitario, y se dedicó a acompañar, componer poemas y canciones e implicarse en proyectos colectivos como El mantoncillo".

Hace un mes, en un local de Mairena donde suele cantar su hija Alba, un grupo de músicos le rindió un íntimo homenaje y Pachón y él se hicieron su última foto juntos: "Manuel sabía que su final estaba muy cerca. Era de una bondad increíble, nunca se enfadaba, su calidad humana era extraordinaria y por eso tenía cientos y cientos de amigos que en su funeral le han recordado y llorado como el genio que era".

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