Érase una búsqueda del origen, una exploración, un atrevimiento, una aventura. El origen en la geología, en especies remotas, en la ancestralidad, en comunidades humanas que viven como hace siglos, en la música rotunda y secreta de montañas inalterables. Génesis, uno de los proyectos vivenciales y artísticos más relevantes en la trayectoria de Sebastião Salgado, forma parte de la 14ª edición de la Bienal Internacional de Fotografía de Córdoba, que se celebrará entre los meses de marzo y mayo con la intención de rendir homenaje a esta disciplina en su 175º aniversario y un esquema de programación semejante al de entregas anteriores, con tres secciones (oficial, paralela y libre) y unas 20 exposiciones en espacios públicos y privados de la ciudad.

Entre ellas esta Génesis organizada por la Obra Social La Caixa que del 24 de marzo al 7 de mayo pondrá en contacto a los espectadores con regiones y realidades extraordinariamente alejadas. Génesis representa un proceso de búsqueda de los orígenes del mundo y del planeta que habitamos. Tras sus proyectos Trabajadores y Éxodos, Salgado fundó el Instituto Terra con el fin de reforestar una propiedad rural de 700 hectáreas en Brasil. Génesis es, en muchos aspectos, un corolario global del trabajo realizado por esta institución, ya que de ahí surgió la idea del proyecto: explorar la belleza del planeta.

Esta exposición, vista ya en CaixaForum Madrid y otras ciudades españolas, presenta fotografías de paisajes, animales y personas alejadas del mundo moderno: regiones vastas y remotas, intactas y en silencio, donde la naturaleza sigue reinando. Un paseo por la Tierra en el que el espectador puede nutrirse del esplendor de las regiones polares, los bosques y sabanas tropicales, los desiertos abrasadores, las montañas dominadas por glaciares y las islas solitarias. Un mosaico en el que la naturaleza se expresa en toda su grandeza.

Las fotografías de Génesis aspiran, según la Obra Social La Caixa, a "revelar esta belleza" y "representan un homenaje a la fragilidad de un planeta que todos tenemos el deber de proteger". Son aquí protagonistas el pueblo Mursi de Dargui en el Parque Nacional Mago (cerca de Jinka, Etiopía), las iguanas marinas de Ecuador, los pingüinos barbijos de las islas sureñas del archipiélago de Sandwich, el territorio navajo de Arizona, los iceberg entre la isla Paulet y las islas Shetland del Sur, en el Mar de Weddell. Regiones polares, bosques y sabanas tropicales, desiertos abrasadores, montañas dominadas por glaciares, islas extraviadas.

Nacido en 1944 en Aimorés, Minas Gerais (Brasil), Salgado estudió Economía pero desde los 29 años se dedica por completo a la fotografía. Después de trabajar para las agencias Sygma y Gamma, en 1979 se incorporó a Magnum Photos, donde permaneció hasta 1994, año en el que creó, junto con Lélia Wanick Salgado, su esposa, Amazonas Images, una agencia dedicada exclusivamente a su obra. En 2001 fue nombrado embajador especial de Unicef. Entre sus numerosos reconocimientos destaca el Príncipe de Asturias de las Artes.

En la década de los 80 empezó a trabajar de forma exclusiva en sus propios proyectos documentales a largo plazo. En 1986 publicó el libro Otras Américas, donde se reflejan sus años de trabajo en Latinoamérica.

Posteriormente, y durante siete años, documentó las zonas de hambruna y sequía de la región africana del Sahel. Desde 1986 y hasta 1992, Salgado dedicó su vida a otro gran proyecto: reflejar con su cámara imágenes de personas de todo el mundo trabajando. El resultado fue publicado en 1993 en el libro Trabajadores. De 1994 a 1999 realizó una investigación fotográfica sobre los movimientos migratorios mundiales, que se convirtió en Éxodos.

A finales de 1990, tras varias décadas de trabajo en todo el mundo fotografiando las grandes transformaciones demográficas y culturales de nuestro tiempo, Salgado regresó a su lugar natal, una finca ganadera en el valle del río Doce, en el estado de Minas Gerais, en Brasil. Las tierras antes fértiles, rodeadas de vegetación tropical, con una exuberante diversidad de especies vegetales y animales, habían sido víctimas de un proceso de deforestación y erosión. La naturaleza parecía agotada. Su esposa tuvo la idea de replantar un bosque con las mismas especies autóctonas, recreando el ecosistema que Salgado había conocido de niño.

Poco a poco los animales fueron regresando, hasta conseguir un completo renacer, y en la actualidad la finca es un espacio protegido. Esta experiencia se encuentra en la base de Génesis, proyecto que en un principio fue concebido como denuncia de la desaparición de espacios únicos del planeta. Pero el signo de su investigación cambió: a lo largo de ocho años, en 32 viajes a lugares remotos de todo el planeta localizó paisajes terrestres y marítimos, ecosistemas y comunidades humanas que se han mantenido intactos.