Cultura

La necesidad de respirar el rock

  • Medina Azahara arranca en el Gran Teatro, donde aún no había actuado, la gira de su disco 'Las puertas del cielo' con un largo concierto en el que muestra su buen estado de forma

Por muy larga que sea una trayectoria artística siempre hay retos pendientes, luces que encender, plazas por conquistar. En el caso de Medina Azahara, una de ellas era el principal teatro de su ciudad, en el que ayer presentó su nuevo disco, Las puertas del cielo, con todo el papel vendido desde muy pronto, expectación de noche grande, mucha gente foránea y medio teatro grabando canciones enteras en los dispositivos, que por lo visto es algo que ayer valía. Fue una decisión innegociable del grupo abrir en el coliseo del bulevar una gira que le llevará por varios países en los próximos dos años.

En la primera hora larga, con apoyo de imágenes en pantalla trasera, sonó la mayoría de los temas de Las puertas del cielo, entre ellos Niños de cristal, Somos ángeles, Hoy quiero vivir, la balada La voz del poeta, Eres estrella errante,Un grito de amor, Déjame soñar (un ejemplo, según Manuel Martínez, de la "fuerza de la música hecha con el corazón"), Juegos a media luz y "la más romántica" del álbum, Morir junto a ti. Aclaró el vocalista que, aunque aún es "muy joven", ya tiene una nieta, a la que la banda dedica Un ángel de amor. Puesta en escena clásica con expresiones de complicidad, entrega plena y Martínez introduciendo cada tema. Junto a él, Paco Ventura (guitarra), Manuel Ibáñez (teclados), Juanjo Cobacho (bajo) y Nacho Santiago (batería). Con rabia se preguntaron ¿Por qué nos mienten?

Tras el primer acto cayó el telón y poco después aparecieron todos sentados cerca del público con apoyo de violines, viola y violonchelo, Ventura con la acústica, el ratito íntimo que empezó con Otoño y también incluyó la emotiva Siempre estarás en mí. Cuando se fueron las cuerdas frotadas empezó una última fase con progresiva implicación del público, palmas, coros, botes, y con aparición de Manuel Ángel Mart, productor de Las puertas del cielo, que compartió con el grupo Palabras de libertad. Con Tierra de libertad, Abre la puerta y Velocidad se fue asfaltando el camino de salida, rico en agradecimientos a los comparecientes. Necesito respirar y Todo tiene su fin pusieron el broche. Para los bises (después de que la gente reclamara "¡Eh, Medina, así no se termina!") dejaron Paseando por la Mezquita (tras la que Martínez aseguró que queda Medina para rato, y quizá pronto otra vez en la ciudad, cita estival en el Teatro de la Axerquía)y Córdoba. Ya iban dos horas y media de actuación. Ahora queda una kilométrica gira para seguir demostrando que todavía se puede crecer al borde de la cuarentena.

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