Luz Casal (La Coruña, 1958) regresa a Córdoba mañana con su último disco, Almas gemelas, su primer inédito en seis años. El Gran Teatro acogerá a las 20:00 su concierto, en el que las nuevas canciones se mezclarán con sus temas más conocidos como Piensa en mí, Un año de amor, Un nuevo día brillará o Besaré el suelo. Luz Casal estará acompañada mañana en el escenario por Juan Cerro y Jorge F. Ojea (guitarras), Tino Di Geraldo (batería), Peter Oteo (bajo) y Fran Rubio (piano). Su última visita al coliseo cordobés fue en 2011, cuando presentó su disco de boleros La pasión. En los últimos años ha consolidado su posición en el ámbito internacional y su nuevo trabajo responde a esta vocación de llegar a otros países ya que se ha publicado a la vez en dos ediciones: una, sencilla, compuesta por diez canciones en español, y otra a la que se añaden los siete temas que ha grabado en francés, portugués e italiano para el lanzamiento mundial del disco, cuya diversidad sonora va del rock a la balada y los aires de ranchera a ciertas pinceladas country. La cantante gallega ha contado en Almas gemelas con destacadas colaboraciones como, entre otras, la del griego Vangelis, la escritora de canciones argentina Claudia Brant, el cantautor Pablo Guerrero, Carlos Lencero (letrista de Camarón) y Antonio Carlos Jobim, uno de los maestros de la música brasileña.

-¿Cómo será su concierto en el Gran Teatro?

-El disco salió hace exactamente un año, por lo que estamos presentando varias de las canciones del álbum. Por la experiencia que tenemos de los realizados hasta ahora, que es un número importante, es un repertorio elástico en el que lo básico está teniendo mucha aceptación. Por supuesto repaso temas anteriores, porque si sólo hiciera de éste no me lo perdonaría mucha gente. Nosotros creemos que una de las cosas importantes de este trabajo es que pueda llegar a tener un repertorio de canciones que sean como imprescindibles, y afortunadamente de esas tengo algunas. Son canciones que un alto porcentaje del público desea escuchar.

-Córdoba es una plaza fija en sus giras. ¿Cómo es su relación con el público cordobés?

-Siempre se establece con ciertas ciudades a las que vas con cierta frecuencia un vínculo que no es comparable a ningún otro. Es difícil de entender pero se debe a que las características, las reacciones que pueda tener la gente de un determinado lugar, la espontaneidad o la rigidez, marcan muchísimo el concierto. Los que estamos sobre el escenario no estamos aislados, sino con la gente. Entonces, como sea la relación entre nosotros y la gente será el concierto, lo que hace que cada uno tenga unas características distintas al de la noche anterior.

-En Almas gemelas alude al binomio artista-persona. ¿En qué momento artístico se encuentra?

-En uno que me produce bastante satisfacción. No sé si se puede utilizar la palabra espléndido, pero en cualquier caso es un momento en el que percibo muchas de las cosas que hay alrededor de mi trabajo que son necesarias, que producen satisfacciones, te dan oportunidad de aprender... En ese sentido, digamos que estoy con una atención mayor que en otros momentos de mi vida.

-Es un momento de madurez y reconocimiento.

-Pero no porque tengas más años o hagas más trabajos significa que seas madura, puedes ser una perfecta idiota toda la vida por más experiencias que tengas.

-Dice que sus canciones están regidas por una emoción. ¿Cuáles ha querido transmitir a sus seguidores?

-Hablar en términos tan definitivos es complicado porque no es una suma matemática o propósitos perfectamente definidos. Básicamente lo que pretendo es que sean expresiones, sentimientos, sensaciones, que necesitas compartir por las razones que sea de la manera más directa. Es algo muy complejo definir sensaciones en cada canción. Se juega con el tiempo, con sensaciones, con experiencias o carencias de ellas.

-¿Qué sensaciones siente cuando se sube a un escenario después de todo lo vivido?

-Muchas de ellas poderosas. Es muy complicado expresarlo porque son muchas cosas. Por resumirlo, la ilusión, el agradecimiento de que te ofrezcan la posibilidad de estar encima de un escenario y ofrecer tus canciones... Éste no es un trabajo común, aquí suceden las cosas muy rápido, sensaciones que son efímeras y es muy complejo.

-¿Qué opinión tiene del panorama musical español? ¿Ha mejorado en los últimos años?

-Yo no soy juez, además en los últimos años paso prácticamente la mitad del año fuera, por lo que quizás tenga una idea bastante parcial. Por lo que veo, escucho y conozco en relación con el Festival de la Luz (evento solidario que cuenta con Luz Casal como anfitriona) sé que hay gente poderosa, intérpretes, músicos, compositores, que están ahí y quizás no tienen las puertas suficientemente abiertas pero sí que existe talento.

-Y ahora que pasa tanto tiempo fuera de España. ¿Cómo se percibe desde allí la música española?

-Cuando haces un viaje para dar un concierto llegas al sitio, te trasladan al hotel, haces tu prueba de sonido y el concierto, duermes y te vas. Es una percepción muy sesgada. A veces escucho comentarios pero casi siempre tienen relación con baile, de la música pop no escucho hablar mucho. No te da tiempo ni siquiera para tomar una copa porque o te la tomas, o duermes.