El Festival de Cine Africano clausuró ayer la que ha sido una de sus ediciones más light pero que ha servido para "trabajar en las distancias cortas con el público" ya que en las más de 40 proyecciones que se han llevado a cabo del 15 al 19 de octubre ha habido presentaciones y debates sobre la temática de cada película, lo que ha hecho posible que se produzca un "feedback", manifestó la directora del festival, Mane Cisneros.

La responsable de la cita recordó que "en lo que iba a ser un festival reducido se han proyectado más de 40 títulos" que han supuesto "un paseo cinematográfico por los 10 años del festival" y que han tenido una buena acogida por parte de los espectadores. A falta de cifras de asistentes a las proyecciones, Cisneros sí detalló que por las actividades infantiles han pasado 1.400 niños.

La próxima edición será del 21 al 28 del próximo mes de marzo y en ella se espera "recuperar el formato" normal de la cita. La intención es que el festival "vaya recuperando poco a poco la posición importante" que tuvo antes de la crisis, cuando era "el mayor festival de Europa dedicado a cines africanos". "Es un sueño, lo vamos a intentar" pero "va a depender de la ayuda que nos ofrezca el Ayuntamiento y los patrocinadores", aseveró.

Por otra parte, Cisneros incidió en la necesidad de trabajar con colectivos y colegios durante todo el año para acercar la realidad de los países y la cinematografía africana y árabe.