Cultura

De la freidora al fanzine

  • 'Fritanga' nace de la inquietud de tres diseñadores gráficos aficionados a la ilustración Preparan su cuarto número para el mes de septiembre

Como en los Evangelios, en el principio fue la palabra. Cuando tres jóvenes cordobeses, formados en Diseño Gráfico por la Escuela de Artes Mateo Inurria, decidieron embarcarse en un proyecto conjunto de ilustración, de la primera tormenta de ideas nació un nombre: "fritanga". Tras este primer alumbramiento vino todo rodado. "¿Qué entendemos por fritanga?", se pregunta Paco Tuercas, uno de los artífices de la publicación. "Un revoltijo de cosas apetitosas y grasientas", se responde. Pues eso son ellos: pura fritanga hecha fanzine.

Jess García, J.L. Breell y Paco Tuercas llevan el timón de esta joven publicación autoeditada, que nació en septiembre de 2013 con el subtítulo de "fanzine de ilustración rara". Cada número -ya suman tres y están embarazados de un cuarto hijo- versa sobre un tema concreto que sirve de punto de partida para que distintos ilustradores realicen sus creaciones. Las "parejas extrañas" fueron el leitmotiv de su estreno, el número cero de Fritanga, al que le siguieron las publicaciones dedicadas a "comidas insólitas" y "primeras veces". En sus páginas no cuentan con una plantilla fija de colaboradores: a cada número se asoman ilustradores diferentes -a veces, amigos dispuestos a formar parte de la aventura; otras, ilustradores a los que admiran y se prestan a dibujar para el fanzine- que no tienen por qué compartir un estilo ni una técnica o referencias específicas, lo que da como resultado un improvisado batiburrillo y no un producto compacto. Entre ellos figuran dibujantes como Juarma, que ha trabajado para publicaciones prestigiosas como El Jueves o TMEO. Además, desde el último número se han marcado una nueva misión: introducir en el mundo de la ilustración a personas que nunca antes habían dibujado. En Primeras Veces, el elegido fue el padre de Paco Tuercas, que cerró el ejemplar con una colaboración especial. Para el próximo han impulsado a través de Facebook una convocatoria para atraer a dibujantes debutantes. Y es que Facebook es, precisamente, su mejor escaparate: suman casi 1.600 seguidores en su página (Fritanga Fanzine) y admiradores procedentes de países lejanos como China.

No muestran reparos en admitir que carecen de una formación técnica y académica específicas, algo que no les supone ningún tipo de obstáculo para cumplir su único objetivo: divertirse. Esta es la base de su trabajo y por ello Jess García afirma que el proyecto Fritanga durará exactamente hasta que empiece a aburrirles. Si bien aseguran que esta aventura nunca les dará de comer -al fin y al cabo, son diseñadores gráficos y pretenden ganarse la vida como tales-, al menos tampoco les está costando el dinero: lo recaudado con la venta de cada número (los ejemplares cuestan solo dos euros) les sirve para costear los gastos del siguiente. "Y para unas cuantas cervezas, que es lo importante", añaden. La distribución la realizan ellos mismos mediante el sistema más antiguo y más seguro que existe: el mano a mano.

Autoeditados sí, pero ajenos a la escena "gafapasta"de algunos círculos de nuevos creadores, Fritanga va "a su rollo" y fieles a ese rollo han participado ya en distintas ferias de cómic y autoedición, como la celebrada recientemente en el bar cordobés Limbo, en el festival Tenderete de Valencia o en la muestra Nosotros Feriantes de Cuenca. Y a Fritanga aún le queda mucho que enseñar: en septiembre saldrá el cuarto número del fanzine y el plan que sus tres cabecillas han trazado para impulsar a corto plazo es hacer del nombre un sello editorial bajo el que se publicarán sus futuros proyectos. Fritanga Fanzines, con auténtico olor a freiduría.

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