Cultura

Antonio Gala reafirma "su esperanza ciega" en los residentes de su fundación

  • El escritor despide a la duodécima promoción y anima a "guardar" este tiempo en su corazón

"Cuando os sintáis solos recordad vuestra estancia en esta casa, vuestras fecundaciones cruzadas y mi esperanza ciega en vosotros, la única esperanza que me queda". Así despidió ayer Antonio Gala a la duodécina promoción de residentes de su fundación, un grupo "muy especial en todos los aspectos", por lo que los animó a "seguir así".

El escritor halagó a los 12 jóvenes asegurando que son "diferentes en conjunto de quienes os antecedieron y entre vosotros mismos" y los animó a sorprenderlo en un futuro con su proyección artística, "aunque soy casi inmune a las sorpresas". Así, deseó que "se cumplan los esforzados propósitos que hicisteis para realizar lo que soñabais" ya que "si no es así nos sentiremos todos defraudados, vosotros los primeros".

Gala hizo un símil entre los componentes de su fundación y un árbol porque "tenemos la misma savia y nos moverá la misma brisa" y los animó a recordarlo cuando se sientan solos "aunque ya no esté" porque son "la única forma que tengo de quedarme".

El autor de El manuscrito carmesí indicó a los residentes que "la fundación será siempre vuestra casa" y les advirtió de que "cuando de aquí en adelante recordéis vuestra estancia aquí más felices seréis porque habéis iniciado una vida en la que sois vosotros mismos". Por eso, los invitó a guardar "este tiempo, más vuestro que ninguno otro, guardadlo en lo más profundo de vuestro corazón y para siempre". Para concluir, Gala recitó los versos del Cantar de los Cantares que son el lema de la fundación -"Ponme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo, porque fuerte como la muerte es el amor"- y animó a los residentes no olvidarlos en su vida.

Por su parte, los doce jóvenes creadores -Alberto Guirao, Ciro Korol, Emilio José Serrano, Erico Gutiérrez, Grethel Delgado, Katarzyna Lebiedzinska, Martín Izquierdo, Natalia Castro, Candela Sierra y Rubén Jordán- se despidieron ayer de la fundación con una "Gala de los Gala" en la que cada uno recogió un premio (un bastón de caramelo) por una faceta en la que ha destacado a lo largo de los nueve meses de residencia, como el más colaborador, la más "bailonga", el más "pachorra", el más disciplinado o el más elegante. También hubo un reconocimiento para el personal de la fundación y para el mismo Antonio Gala "a la mejor labor de mecenazgo".

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