Cultura

"La poesía no debe corromperse"

El minuto interior, que obtuvo los premios Adonais y Ojo Crítico, y El mirador de piedra, premio Hermanos Argensola, son los dos títulos que han consolidado la voz de Rubén Martín Díaz (Albacete, 1980) en el mapa poético español. Es uno de los protagonistas de las lecturas del primer fin de semana de Cosmopoética.

-¿Qué busca usted en la poesía, como lector y como creador?

-En la poesía, de una forma o de otra, busco el lenguaje puro, la esencia de lo cotidiano recogida en el papel. Busco emoción, sorpresa y, sobre todo, conocimiento. El arte poético le hace a uno sentirse muy vivo, y pocas cosas más hay que lo consigan.

-¿Qué papel representan en su poesía la memoria y la contemplación?

-En mi poesía y en la poesía en general, creo que esos dos pilares son fundamentales. Uno escribe con la experiencia, la que la vida le ha dado, de fondo. La poesía emana del recuerdo, pero también de la contemplación presente de nuestro entorno. Ambos factores van de la mano.

-¿Es más partidario de la reflexión o de la emoción?

-Soy partidario de ambas en igual medida. A mi entender, toda poesía debe emocionar en mayor o menor grado; si no es así, me parece una poesía vacía, un juego de palabras, un texto ingenioso y hasta puede que original, es decir, me parece cualquier cosa, pero no poesía. Y, además, creo que es interesante que los versos dejen un poso reflexivo en el lector. Esto ayuda a meditar sobre la poesía. Por tanto, sobre la vida. Por tanto, sobre uno mismo.

-¿Qué importancia han tenido los premios en su trayectoria?

-Como trampolín para poder publicar mis obras, han tenido toda la importancia, pues no es fácil que un joven encuentre una editorial que quiera publicar sus libros y los premios son una manera de conseguirlo, digamoslo así, por derecho propio. En cuanto a si han influido en mi forma de escribir, la respuesta es no. Esto es un gran error que hay que evitar, pues la poesía no debe corromperse.

-¿A qué poetas le gusta releer?

-Españoles, Bécquer, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Cernuda, Aleixandre, Rosales, Hierro, toda la generación del 50, Gimferrer, Juan Luis Panero, Corredor-Matheos, Rosillo, Colinas, Margarit, Basilio Sánchez, García Montero, Gallego, Cabrera... Extranjeros, Hölderlin, Rimbaud, Dylan Thomas, Borges, Pizarnik, De Andrade, Octavio Paz, Carver, Tranströmer, Juarroz... Serían muchísimos más.

-Entre sus últimos descubrimientos poéticos, ¿a quiénes destaca?

-Destacaría, principalmente, al poeta griego Yorgos Seferis; ha sido una iluminación encontrarme con su poesía. También, entre los jóvenes actuales, me gusta mucho la poesía del poeta panameño Javier Alvarado.

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