Antonio Rivero Taravillo

"Cernuda no fue un buen profesor; la poesía es para lo que de verdad servía"

"Con los ojos inertes, la mano aleteante, / lloré todo ciego bajo tu verde sonrisa". Los versos de Luis Cernuda lloverán con su blanco anhelo y su urgencia de vida sobre los pavimentos de la ciudad y sus esquinas inexactas. Cosmopoética ha incluido en su décima edición, que comienza mañana, varias actividades para recordar al sevillano en el 50º aniversario de su muerte. Y en ellas tendrá una presencia relevante Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963), que ha dedicado varios años a investigar la vida del autor de Ocnos, un trabajo que ha quedado reflejado en Luis Cernuda. Años españoles (1902-1938) y Luis Cernuda. Años de exilio (1938-1963).

-¿Cómo ha sido su indagación en la vida de Cernuda? ¿Qué dificultades ha encontrado y cuáles han sido los hallazgos más subrayables?

-Comenzó a interesarme muy pronto. Como escribía en español y, claro, no podía traducirlo, cosa que siempre he hecho con poetas que me han atraído, fui escribiendo sobre él, prestando especial atención a su relación con las letras inglesas. De esa línea de investigación surgió un libro, Con otro acento. Cuando dispuse de más tiempo quise embarcarme en la escritura de su biografía, para la que llevaba mucho tiempo preparándome. Quería que fuera extensa, en profundidad, y por eso decidí dividirla en dos volúmenes. El primero, que recibió el premio Comillas, me parece ahora demasiado prolijo. En el segundo me he sentido más cómodo, y es donde he podido incorporar más material desconocido o directamente inédito. Me resultó muy emocionante saber que aún vivía su amor mexicano, el destinatario de Poemas para un cuerpo. Hablé con él y también reconstruí la peripecia de su amor madrileño, que se trasladó a México tras la Guerra Civil y murió allí estando ya Cernuda en el país. Me resultaron muy valiosas las cartas recogidas por otros, pero pude hallar un epistolario muy importante con Salvador de Madariaga del que no se tenía noticia. Lamentablemente, casi toda la correspondencia recibida por Cernuda se ha perdido porque él no hizo nada por conservarla.

-¿Cuáles fueron sus años más felices?

-Un año es plazo demasiado largo para la fugaz felicidad de Cernuda. Tuvo días muy dichosos en Málaga en 1928 y luego en 1933. Y en sus vacaciones en México cuando aún enseñaba en Massachusetts y durante el primer año que pasó en el país azteca, en la plenitud de un idilio y de nuevo entre amigos y viviendo, catorce años después, en un país de lengua española. En general, se sentía bien cuando llegaba a un sitio, pero luego se desencantaba en seguida. Y cuando fue más infeliz, creo, en el verano de 1938, en París: quizá nunca estuvo tan desesperado.

-¿Es su poesía un reflejo fiel de su vida y su pensamiento?

-Su poesía es muy autobiográfica, sí. Volcó su experiencia y sus reflexiones en ella. En este sentido, su último libro, Desolación de la Quimera, es un testamento en toda regla. Todos sus libros en verso los fue agrupando bajo el título de La realidad y el deseo, llegando a sentirse uno con su obra. No fue un buen profesor, no le interesaba la carrera académica; la poesía es para lo que de verdad servía y para lo que vivió.

-¿Era Cernuda nostálgico? ¿Cómo vivió la lejanía de su país?

-Lo fue; si no, no podría haber escrito los poemas en prosa de Ocnos y bastantes otros de La realidad y el deseo. Ahora bien, el recuerdo de su tierra venía mezclado con el recuerdo de su propia infancia, con un embeleso narcisista. Pero hay que precisar que la mirada con nostalgia hacia ese escenario viene acompañada también de una serie de escritos que reflejan una mirada acerba más que crítica. Él siempre tuvo la preocupación de que ambas facetas aparecieran equilibradas en cualquier muestra de su obra, una dicotomía que por otra parte está presente en ese título bajo el que acogió sus versos. Al final de sus años se agudizó su vertiente misántropa, de la que no quedó libre su tierra. A sus paisanos es un poema terrible.

-¿Qué puntos de conexión pueden establecerse entre Cernuda y Cavafis?

-Cernuda leyó algunos poemas suyos en traducción al inglés. De El dios abandona a Antonio dijo en una entrevista: "Me parece una de las cosas más definitivamente hermosas de que tenga noticia en la poesía de este tiempo". Tiene en común una indisimulada homosexualidad, y una capacidad, creo que aprendida en los ingleses, especialmente Robert Browning, de recrear personajes históricos. Y a principios de los años ochenta ambos fueron muy influyentes en la poesía que entonces se hacía en España.

-También va a presentar en Cosmopoética la Poesía reunida de Yeats. ¿Qué retos le ha planteado este proyecto?

-Antes de responder su pregunta, me gustaría señalar que también hay importantes puntos en común entre Cernuda y Yeats: el primero admiró al segundo y tradujo varios poemas suyos. Empecé a traducirlo como se abordan estas cosas: por interés, afinidad e incluso amor. Antes de leerlo en la carrera, ya había encontrado un poema suyo, El segundo advenimiento, citado en un libro de la biblioteca de mi padre. Me pareció no solo muy cierto, sino con la exactitud expresiva que solo hallamos en la poesía, en la que una verdad es más verdadera, valga la redundancia, porque está hecha con las palabras mejores y en la mejor disposición. Me ayudó mucho conocer la literatura y las tradiciones gaélicas, así como la simbología o la Rosacruz. Pero cuando uno se enfrenta a la traducción de un poeta tiene que hacerlo con las armas de la poesía. Traté de reflejar la variedad de ritmos y tonos de los originales, y no hacerlos opacos por un prurito de literalidad. Por otra parte, hay muchas alusiones en sus poemas que no quise explicar en un aparato crítico. El libro va sin notas y para el lector de poesía; en la introducción, eso sí, sitúo los textos y los temas preponderantes y doy las referencias principales. Luego la poesía se vale por sí misma. Que por mi medio un lector pueda sentir emoción ante el original es algo que no deja de causarme asombro y gratitud.

-¿Qué representa Yeats en la poesía moderna en lengua inglesa?

-El principal poeta que hace la transición del siglo XIX al XX. Y de una tradición periférica (la insular irlandesa, muy presente en sus inicios pero que nunca llegó a abandonar) al centro mismo de la lengua. Cuando muere en 1939, Yeats es considerado por muchos, lo mismo en Estados Unidos que en Gran Bretaña, el principal poeta del idioma, a pesar de la dificultad de sus poemas más esotéricos y para los que solo él tenía la clave, pues esta no era enteramente tradicional.

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