Cultura

Gutiérrez Solís recibe el Andalucía de la Crítica apelando a la literatura cercana

  • El escritor cordobés recoge el premio en el Museo Provincial de Huelva Ángel García López y José Lupiáñez completan el palmarés

Salvador Gutiérrez Solís aprovechó el acto de entrega del Premio Andalucía de la Crítica para defender la literatura en la que cree: la cercana, la que se adentra en lo cotidiano, aquella "en la que el lector se puede ver reflejado", según señaló a el Día. El cordobés fue uno de los protagonistas del acto anual de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios, que se celebró ayer en el Museo Provincial de Huelva, un mes después del fallo del jurado, que otorgó a la última novela del cordobés, El escalador congelado (publicada por la editorial Destino), el título de mejor obra narrativa andaluza del pasado año.

Ese concepto de cercanía se manifiesta en El escalador congelado "en un doble sentido": por un lado, en la "postura vital" del escritor, la manera en que se enfrenta a la literatura; por otro, en la historia que cuenta. "Cuando la escribí era consciente de que podía estar reflejando cuestiones relativas a mi propia vida, o a la de amigos o familiares..., que cualquier persona podía sentirse identificada de alguna manera", indicó el cordobés, que afirma que "todo puede formar parte de la literatura" y que "nosotros también somos literatura". Y es que las historias de seres normales en contextos reconocibles son las que más interesan al novelista, por encima de los personajes y los espacios extraordinarios.

Gutiérrez Solís, que dedicó el premio a su familia por acompañarle en su travesía creativa ("que a veces tiene momentos de renuncia y de ausencia"), manifestó su "orgullo" por ingresar en un palmarés en el que figuran, entre otros, Justo Navarro, Juan Campos Reina, Antonio Soler, Juan Eslava Galán e Isaac Rosa. El cordobés subrayó el curioso paralelismo que se establece entre uno de los personajes de la novela, que inicia su trayectoria en Málaga y acaba en Huelva, y el premio, que este año ha repartido sus dos actos (fallo y entrega) en estas dos ciudades.

Antonio Garrido, José Antonio Santano, Antonio Moreno Ayora, Francisco Huelva, Ricardo Bellveser, José Sarria, Antonio Enrique, Pilar Quirosa-Cheyrouze, Manuel Gahete y Francisco Morales Lomas integraron el jurado que distinguió a Gutiérrez Solís.

El poeta roteño Ángel García López recogió el premio en la modalidad de poesía por Posdata, un poemario publicado por Visor (y que anteriormente mereció el premio Unicaja) que, afirmó, supone "un ajuste con la vida y preámbulo de la muerte". En esta disciplina, el palmarés recoge nombres como los de Manuel Mantero, María Victoria Atencia, Aurora Luque, Jenaro Talens, Rafael Guillén y Pablo García Baena.

El galardón a la mejor ópera prima del año recayó en el gaditano José Lupiáñez por su primera obra narrativa, El chico de la estrella y otros cuentos (Port-Royal). El escritor, que sucede a José Luis Rey, José Antonio Santano y Francisco Onieva, entre otros, no pudo asistir al acto por problemas de salud.

Tras la entrega de galardones, que estuvo presidida por la viceconsejera de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, María del Mar Alfaro, el escritor onubense Rafael Vargas recibió un homenaje que contó con la presentación del poeta Manuel Moya, ganador del III Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado.

Vargas definió como "una grata sorpresa" este reconocimiento de "los amigos", es decir, del sector de la crítica, y recordó que durante 25 años trabajó "por defender la poesía andaluza ". Convencido de que la poesía "siempre ha sido un género de minorías", defendió "la lucha" de aquellos "utópicos" que siguen creyendo "en el lenguaje". "La poesía no solo salva a los enfermos en situaciones críticas sino que puede salvar al ser humano", concluyó.

Los premios carecen de dotación económica. Los ganadores recibieron estatuillas de Andrés Alcántara reproducidas por la Escuela del Mármol de Andalucía.

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