Cultura

El archivo fotográfico de José Sánchez sale a la luz en Vimcorsa

  • La exposición 'El coleccionista de instantes' propone un viaje a la Córdoba de las últimas décadas del siglo XIX con las imágenes recopiladas por el industrial

Después de mostrar el universo de Luis de Góngora en La estrella inextinguible, la sala Vimcorsa acoge a partir del próximo jueves una exposición que recupera la colección fotográfica del industrial José Sánchez Muñoz (Córdoba, 1845-1919), que forma parte del archivo de la Fundación Cajasur. Las cenas de la alta burguesía y su estilo acomodado conviven en la Colección Sánchez con escenas urbanas, temas sociales y fragmentos de la vida ganadera. Todo ello, según la Delegación de Cultura del Ayuntamiento, "compone un mosaico fascinante, y nunca antes presentado al público, de una época y una ciudad que, poco a poco, se iluminaban con las luces del progreso". Titulada El coleccionista de instantes, la exposición será visitable hasta el 10 de febrero de 2013.

Hijo del industrial José Sánchez Peña, quien introdujo en Córdoba la máquina de vapor para su negocio de sombrerería, José Sánchez Muñoz representa un ejemplo del interés que la burguesía acomodada local comenzaba a tener por la fotografía a finales del siglo XIX. Formado, como su padre, en el Liceo Francés y habituado a viajar por Europa, este industrial quedó seducido por la fotografía desde la infancia. Sin embargo, no es hasta su regreso a Córdoba en 1869, después de culminar sus estudios de empresariales en París y Londres, cuando irrumpe con fuerza en este medio a través de una técnica original, la estereoscópica, de la que es pionero en la ciudad.

La afición a la fotografía de Sánchez Muñoz se expresa en dos líneas principales: por un lado, la realización de fotografías como autor, y por el otro, la adquisición o encargo de trabajos a los fotógrafos más afamados del momento como Tomás Molina o Señán. Ambas líneas convergen en una colección de notable interés por su valor testimonial, etnográfico y social. Estas imágenes documentan la Córdoba de una época convulsa e inocente a la vez.

El archivo contiene imágenes de una época en la que lo tradicional, reconducido a la categoría de folclore y exotismo, convivía con la era de la máquina de un modo tan singular como contradictorio. A consecuencia de ello, los escasos fotógrafos aficionados que se constatan, y que a su vez viven en esta dualidad progreso-tradición, ofrecen una imagen de Córdoba llena de significativos contrastes. Una ciudad en la que, a causa del retraso de su desarrollo industrial y la pervivencia de sistemas premodernos de explotación agroganadera, el progreso llegaba con cuentagotas.

La muestra invita a una reflexión sobre el papel de la fotografía en los orígenes de la modernidad, cómo pone rostro al progreso y fija ese nuevo universo de formas, materiales y paisajes.

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