Cultura

Rushdie pasa revista a una vida marcada por la amenaza fanática

  • El escritor publica 'Joseph Anton', una biografía en la que cuenta cómo vivió en la clandestinidad · No entiende que las religiones "exijan que no se las critique"

El 14 de febrero de 1989 Salman Rushdie recibió una llamada de una periodista de la BBC que le anunció que había sido condenado a muerte por el ayatolá Jomeini. ¿Su delito? Haber escrito una novela titulada Los versos satánicos. Doce años después, el autor rememora en el libro Joseph Anton (Mondadori) cómo vivió en clandestinidad y cómo afectó a su vida personal esta persecución.

"No tiene sentido que las religiones exijan que no se las critique. Estos días, cuando oigo a la gente decir que hay que respetar las religiones, lo que quiere decir es que tenemos miedo a la violencia, porque ese respeto lo que realmente esconde es el miedo a la violencia", explicó ayer Rushdie.

"Estoy cansado de que las religiones exijan un trato especial. No hay ninguna razón por las que se les deba dar un trato especial. Tenemos que poder hablar de las cosas en serio, pero también con sátira", alegó en referencia a las caricaturas publicadas en las que se ridiculiza al profeta Mahoma y a otras persecuciones contra escritores.

A este respecto, señaló que las acusaciones de blasfemias y herejía que recayeron sobre él parecían más pertenecer a la "inquisición española" que al siglo XX, y subrayó que este comportamiento era sólo el inicio de un tipo de "política extremista" por parte del mundo musulmán. Esa violencia se ha ido propagando por el mundo y el escritor citó el caso del periodista asesinado en Turquía o de otros escritores perseguidos.

"Las acusaciones son las mismas que yo recibí. Estos ataques se han ido expandiendo y propagando, porque los atentados del 11 de Septiembre fueron sólo el eslabón de una cadena. Y las manifestaciones de estos días forman parte de ese mismo espíritu intransigente e intolerante", indicó Rushdie en la presentación del libro en Madrid.

En esta misma línea afirmó que el vídeo colgado en YouTube sobre Mahoma es "malísimo" y "no hace falta hacer quemas". "En YouTube hay tantas cosas que cualquiera de nosotros puede sentirse ofendido. El vídeo es ridículo y me parece erróneo responder así ante un vídeo como ese, pero esta reacción forma parte de una paranoia más grande. En el mundo musulmán se extiende la creencia de que hay una conspiración para destruir el Islam y que los líderes occidentales están detrás", indicó. "Es evidente que esa conspiración no existe y vemos cómo la paranoia desemboca en la violencia", señaló.

"No tenemos que doblegarnos ante el miedo", proclamó el autor, quien tardó más de diez en ponerse a escribir esta obra autobiográfica porque quería alcanzar un estado de "tranquilidad mental" y estar libre de emociones negativas.

En esta misma línea reconoce que tras escribir Joseph Anton no siente ningún tipo de amargura o rencor hacia quienes le condenaron y obligaron a pasar diez años de su vida escondido: "Rendirme ante la amargura sería una derrota. Esperé tanto porque quería tener el control de mis emociones y no escribirlo con amargura, era necesario que la rabia pasara".

En las páginas de este libro, de casi 700 páginas, Rushdie no sólo habla de las realidades, a veces incluso cómicas, que tuvo que vivir, siempre rodeado de policías armados o protectores, sino también rememora su vida personal, desde los años difíciles en la Universidad hasta sus fracasos matrimoniales.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios