La Orquesta Joven de Córdoba, integrada por más de 50 intérpretes, desplegó ayer sus primeros compases ante el público en el Teatro Góngora. Dirigida por José Santofimia, la formación interpretó en la primera parte la obertura de la ópera Don Giovanni, de Wolfgang Amadeus Mozart, y el Concierto para piano y orquesta nº 2 de Franz Liszt, con la participación como solista de Carlos Marín. En la segunda parte, la Sinfonía nº 8 en Sol Mayor de Antonin Dvorak.

El proyecto cuenta con la tutela artística de Manuel Hernández Silva, director de la Orquesta de Córdoba, y nace del interés de varias formaciones existentes en la ciudad y de jóvenes músicos por abordar la interpretación del repertorio sinfónico y por desarrollar sus cualidades en una doble vertiente: artística y formativa. El objetivo es acercar a los jóvenes músicos cordobeses al trabajo profesional en orquesta.