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La capital del Tíbet vive su peor ola de violencia en los últimos 20 años

  • Al menos dos muertos durante las manifestaciones por la celebración del 49 aniversario de la rebelión contra la invasión de China · Pekín acusa al líder espiritual tibetano de organizar los disturbios

La capital tibetana, Lhasa, vivió ayer los peores disturbios de las dos últimas décadas, después de varios días de protestas de los monjes budistas que han dejado hasta el momento al menos dos muertos y varios heridos, así como tiendas y coches incendiados.

La violencia que estalló ayer es el culmen de las protestas protagonizadas por cientos de monjes budistas, que comenzaron el pasado 10 de marzo para recordar el aniversario de la rebelión tibetana contra la ocupación China en 1959, que fue sofocada por el Ejército chino y acabó con la huida al exilio del Dalai Lama.

Los enfrentamientos entre las tropas chinas y los manifestantes, entre los que se encontraban tanto monjes como civiles, se sucedieron durante toda la tarde de ayer mientras los residentes de Lhasa preparan nuevas protestas, según la organización Campaña Internacional por el Tíbet.

Al menos dos manifestantes murieron a consecuencia de los disparos efectuados por la Policía china durante los disturbios, según informó la emisora Radio Free Asia (RFA). Además, numerosos policías resultaron heridos gravemente durante los enfrentamientos y una mezquita y otros edificios fueron incendiados.

Testigos citados por la emisora estadounidense vieron dos cadáveres en la zona céntrica de Barkor, mientras informaciones no confirmadas hablaban de una cifra más alta de muertos, según un comunicado de RFA. "Ahora, los tibetanos están protestando en Barkor. Han saqueado comercios y la Policía disparó contra la multitud", aseguró un testigo.

El Ministerio de Asuntos Exteriores Chino, por su parte, dijo ayer que no disponían de más información que la ofrecida por uno de sus portavoces, quien aseguró que la situación estaba controlada y que "los disturbios de Lhasa fueron orquestados por la camarilla del Dalai Lama", a lo que el líder espiritual respondió que las acusaciones de Pekín en su contra son "absolutamente infundadas" según su portavoz, Chhime Chhoekyapa.

Tras recibir informaciones de tiroteos, la Embajada de EEUU en Pekín instó a sus ciudadanos a abandonar inmediatamente Lhasa mientras que a los residentes pequineses les han dicho que extremen las precauciones este fin de semana.

En medio del silencio del Gobierno chino, la agencia Xinhua se ha convertido en portavoz oficial de lo que sucede en Lhasa, aunque sus informaciones no ofrecen detalles de los disturbios.

Según testigos citados por Xinhua, varias personas están hospitalizadas después de que diversas tiendas y vehículos fueran incendiados a lo largo de las dos calles principales de la ciudad y alrededor del templo de Jokhang, el monasterio de Ramogia y el mercado de Chomsikgang.

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