España recuperó su línea, la del fútbol con gol, para derrotar con una autoridad insultante a Honduras. Ni un solo disparo a puerta concedió en todo el encuentro. Enfrente, Valladares tuvo que encomendarse a los centrales Chávez y Figueroa para no salir seriamente goleado. En contra de lo esperado, España cambió pocas piezas; lo que cambió fue la forma de encarar el juego: mismo toque, pero más rápido y mejor, con incorporaciones y con ambición real para derribar al adversario.

Sin tanto barroquismo ni adornos, España salió como un ciclón y le dejó claro a Honduras quién está entre el grupo de aspirantes a salir campeón. Con toque y pegada, dejó atrás el mal color del debut ante Suiza para desarrollar un recital que se quedó ligeramente corto por el resultado: 2-0, totalmente óptimo, pero fueron tantas las ocasiones...

Este grupo está en serio riesgo de decidirse por diferencia de goles y ahí es donde a España le sale algo corto este 2-0. Por lo demás, ha vuelto al Mundial. Autoridad absoluta y una media hora inicial pletórica.

El goteo fue continuo. Ya en el minuto 4, Izaguirre cometió penalti por una clara mano cuando Torres le lanzaba un sombrero para encarar a Valladares. En el 9, Sergio Ramos recibió un tremendo empujón de Mendoza en el área. El japonés Yuichi Nishimura decidió hacerse el sueco. Entre ambas acciones, Torres remató mal en buena posición y Villa reventó el larguero entrando desde la izquierda.

Esta vez sí era cuestión de tiempo. Contra Suiza faltó algo de empuje, de ambición, de ganas de ganar. Contra Honduras no. Villa lo demostró con un golazo en el que recortó de entrada a Mendoza y a Palacios para dejar atrás a Chávez y cruzar, resbalándose, a la escuadra de Valladares. Psicológicamente, una liberación. Futbolísticamente, justicia a todas luces.

No paró España, convencida de todo lo que hacía, presionando más arriba, recuperando siempre, abriendo el juego, con todas las incorporaciones que faltaron ante Suiza. Del Bosque modificó poco el dibujo y algo las piezas, pero sobre todo cambió el espíritu, mucho más atrevido, con los elementos más arriba y con mayor apoyo de la segunda línea. Justo lo que faltó con Suiza. Ni más, ni menos.

Si Torres desperdiciaba una ocasión tras otra, tras el descanso volvió a ser Villa quien derribara la muralla hondureña. Gran ataque de Xavi y fantástica asistencia de Jesús Navas. A Villa, por una vez, le ayudó Chávez desviando con la rodilla para superar a Valladares.

Todo lo demás fue un control abrumador de España y un catálogo de carencias del rival. La selección, aunque fue reduciendo el número de ocasiones, tuvo momentos de gran empuje. En apenas cinco minutos, Villa falló un penalti cometido sobre Navas, Cesc vio cómo Chávez sacaba bajo palos tras regatear a Valladares nada más sustituir a Xavi y Sergio Ramos enganchó un disparo fortísimo que el mismo Chávez desvió de cabeza cuando Valladares ya seguía el balón con la mirada. 

Sin conformarse nunca, Figueroa evitó a un metro de la línea que Villa completara su hat-trick. España lo intentó hasta el final, sin concesiones atrás y sin miramientos arriba. Lo que debe ser España. Ahora espera Chile. Ganando, la clasificación está garantizada y el primer puesto está al alcance. Olvidado el varapalo del primer día, la convicción es tal que cualquier rival de la selección debería estar seriamente preocupado. Chile primero y quien venga después.

2 - España: Iker Casillas; Sergio Ramos (Arbeloa, 76'), Puyol, Piqué, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso, Xavi (Cesc, 66'); Jesús Navas,  Fernando Torres (Mata, 70') y Villa.

0 - Honduras: Valladares; Sergio Mendoza, Chávez, Figueroa, Izaguirre; Turcios (Núñez, 63'), Guevara, Wilson Palacios, Martínez, Espinoza (Welcome, 46'); y Suazo (Jerry Palacios, 83'). 

Goles: 1-0 (17') Villa. 2-0 (51') Villa. 

Árbitro: Yuichi Nishimura (Japón). Muy mal. Señaló un penalti a favor de España y dejó otros dos sin sancionar. Regular con las faltas, irregular con las tarjetas. Amonestó a Turcios (8') e Izaguirre (38') por Honduras. 

Incidencias: Encuentro correspondiente a la segunda jornada del Grupo H, disputado en el Ellis Park Stadium, ante la presencia de 54.386 espectadores. Estuvo presente en el palco de honor el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma.