Tu médico responde

Francisco Atienza, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria

Seguridad del paciente: ¿Hay que preocuparse?

Evitar errores y efectos adversos es una de las prioridades de los sistemas de salud de todo el mundo. Casi la mitad de estos problemas se deben a factores que podrían evitarse.

ERRAR es humano (To err is human), el informe publicado en los primeros meses del año 2.000 en Estados Unidos dio el pistoletazo de salida a la preocupación de las instituciones sanitarias y los gestores políticos de la salud sobre la seguridad del paciente.

Este informe, encargado a raíz de varias muertes inesperadas en hospitales norteamericanos, concluyó que entre 44.000 y 98.000 personas morían al año en los hospitales de ese país a consecuencia de errores producidos en la atención sanitaria. Estas cifras suponían que la asistencia sanitaria hospitalaria producía más muertes anuales que los accidentes de tráfico, el cáncer de mama o el sida. Tras este informe se han realizado diversos estudios para averiguar la magnitud real del problema. En España encontramos dos estudios epidemiológicos fundamentales: el estudio Eneas de 2.006 sobre seguridad del paciente en hospitales españoles y el estudio Apeas realizado en 2.008 en el ámbito de la atención primaria de salud.

Eneas encontró que el 9,3% de los pacientes atendidos en hospitales españoles presentaron un evento adverso relacionado con la asistencia sanitaria, esto significa que casi uno de cada diez pacientes atendidos en este ámbito sufriría un problema de seguridad. Es importante señalar que el 16% de estos eventos adversos se consideraron graves y que casi la mitad (42,8%) eran evitables. Las causas principales de estos acontecimientos estaban relacionadas con la medicación (37,4%), las infecciones hospitalarias (25,3%) y problemas técnicos en la realización de algún procedimiento (25%).

En el estudio Apeas la frecuencia de eventos adversos relacionados con la asistencia sanitaria fue mucho menor. 11,18 por cada 1.000 visitas y solo el 7,3% se consideraron graves pero eran evitables el 70,2%, especialmente los graves que se podían haber evitado en el 80,2% de los casos. Prácticamente la mitad (47,8%) de los eventos adversos estaban relacionados con los medicamentos y solo el 8,4% con infecciones y el 10,6% con procedimientos. Aunque en atención primaria existe una incidencia baja de eventos adversos, no podemos olvidar que en España se realizan 352 millones de visitas anuales en este ámbito, por lo que anualmente se producirán más de 3 millones de eventos adversos y de ellos, más de 200.000 serán graves.

Errar es humano en cualquier actividad, también en la asistencia sanitaria, y la respuesta primaria ante el error es buscar al culpable y castigarlo. Pera esta concepción del riesgo como responsabilidad personal no asegura que el mismo error no se vuelva a producir, incluso en la misma institución. Encontrar culpables no sólo no beneficia a la organización sino que la perjudica porque la culpa supone un castigo y el culpable tenderá a ocultar su error. Con este comportamiento se pierde la oportunidad de identificar el error, analizarlo y aprender de él para prevenirlo.

El concepto del riesgo asociado a la asistencia sanitaria como un problema del sistema y, no solo de las personas, es el conocido como modelo de Reason o modelo del "queso suizo" que considera que el evento adverso es consecuencia no solo del error humano sino que también están implicados diversos fallos (como los agujeros del queso suizo) de los sistemas de barrera de los que la organización debería disponer. La seguridad del paciente pasa por el desarrollo de iniciativas como la Estrategia Nacional de Seguridad del Paciente que consta de seis líneas estratégicas. Aboga por promover una cultura de seguridad en los profesionales y las organizaciones a través de la puesta en marcha de planes de seguridad. También expresa su deseo de difundir en las organizaciones sanitarias la implantación de prácticas seguras. Se conocen los principales factores que contribuyen a la aparición de eventos adversos por lo que es necesario implantar prácticas seguras en relación a esos factores. Asimismo esta Estrategia aboga por gestionar el riesgo inherente a la asistencia sanitaria. Por orto lado, pretende impulsar la participación de los pacientes en su seguridad mediante iniciativas como los foros de pacientes y también con una verdadera participación de la ciudadanía en la gestión de las organizaciones sanitarias; potenciar la investigación en seguridad del paciente y participar en organismos e iniciativas internacionales.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios