Las claves

La izquierda ante el 24-M

  • La crisis de Podemos a raíz de la marcha de Monedero deja a la izquierda más radical en carne viva; aún es pronto para saber si esta situación beneficiará al PSOE de Sánchez o a la IU de Garzón.

PODEMOS a veces se parece a los que queremos sustituir". La frase demoledora de Juan Carlos Monedero, demoledora porque dijo en Radiocable lo que piensan muchos seguidores del partido, precipitó su salida de la dirección del mismo. No fue la única. Declaró también que sentía que Podemos había traicionado sus principios, y habló con cierto desdén de Pablo Iglesias. Aunque una vez que se produjo la conversación entre ambos la tarde del jueves y anunciaron que Monedero dimitía de sus cargos ejecutivos, los dos políticos hicieron alarde de su mutuo afecto, de su también mutuo respeto y de que su relación personal no iba a salir dañada por esta ruptura política.

Ruptura que incluso pretendieron minimizar al advertir que Monedero no abandonaba el partido. Iglesias envió una larga misiva vía internet a sus seguidores elogiando a Monedero, al que calificó de "intelectual que necesita volar" y de "sufridor" desde que había formado parte de un partido como Podemos. A Monedero le faltó tiempo para afirmar, la mañana del viernes, que en absoluto consideraba que el partido había dejado atrás sus principios fundacionales y su ideología, y daba marcha atrás en las graves acusaciones del día anterior. Sin duda, la consulta con la almohada primero, y conocer la reacción de los medios de comunicación, que coincidían en que había metido una estocada casi mortal a Podemos y a Pablo Iglesias, le llevaron a rectificar. Pero a pesar de esa rectificación y de la hermosa y sentida "despedida" que le dedicó Pablo Iglesias, el daño estaba hecho. Un daño difícilmente reparable.

Monedero ha sido elemento distorsionador de Podemos, la persona que más negativamente ha afectado a esa formación que en sus inicios era de izquierda radical y logró grandes resultados en las elecciones europeas con la bandera de la lucha implacable contra la corrupción y la promesa de imponer una política distinta. Una política de las personas frente a las de la que llamaban "casta".

Monedero, asesor de Chávez, demagogo hasta límites que rebasaban la prudencia porque provocaban vergüenza incómoda, se convirtió en un problema serio cuando no supo explicar la financiación de la cadena de televisión que emitía el programa que le sirvió de rampa de lanzamiento, La Tuerka. Además el anterior propietario de la emisora explicó que le habían pagado con dinero procedente de Venezuela e Irán. Sin embargo, el episodio más escabroso se produjo cuando se conoció que Monedero había recibido 425.000 euros como pago a su asesoramiento a los gobiernos de Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, y que metido ya en política y por tanto obligado a dar cuenta de sus ingresos, creó la sociedad Caja de Resistencia Motiva2 para justificar el ingreso de ese dinero que no había declarado a Hacienda cuando lo había recibido tres años antes. Una cantidad además que no se correspondía con la que se paga habitualmente a un profesional del asesoramiento internacional.

Fue tan abiertamente oscuro el asunto que Monedero pasó varias semanas en el más absoluto de los ostracismos -probablemente ostracismo pactado con Iglesias- para no dañar aún más a su partido. En ese tiempo Podemos dio un giro espectacular a su trayectoria. Tanto, que ni siquiera hizo público el programa electoral para las municipales y autonómicas, con la excusa de que Monedero trabajaba intensamente en él y aún no lo había completado. No era cierto. Lo que ocurría es que Iglesias, Errejón y Carolina Bescansa, los máximos responsables del partido, imponían unos modos nuevos porque comprendieron que con el radicalismo jamás lograrían el gobierno. Ni siquiera podían convertirse en un importante partido bisagra del que echar mano para alcanzar pactos de gobierno. Dejaron de defender algunas de las propuestas que eran su seña de identidad, y abrazaron algunos de los argumentos que siempre ha defendido la socialdemocracia a la que incluían en el término "casta". El importante cambio provocó el estancamiento de las siglas en todos los sondeos, y ni siquiera lo que ocurría en Grecia, en donde sus amigos de Syriza han tenido que renunciar a su programa porque la alternativa era salir del euro, sirvió como excusa al sector del partido más comprometido socialmente para comprender el cambio de rumbo. En las declaraciones que ha hecho Monedero en los últimos días, cuando decidió abandonar su silencio, se ha ensañado precisamente con ese cambio de rumbo, que es el que ha provocado su dimisión… y está provocando la decepción de gran parte de los militantes y simpatizantes de Podemos.

La crisis de Podemos deja en carne viva a la izquierda más extremista. Que esa situación favorezca al PSOE es difícil de prever, aunque parece evidente que si Pablo Iglesias se empeña en su línea de moderación perderá votos. Por otra parte, habrá que ver qué sucede ahora con Izquierda Unida. La irrupción de la formación de Iglesias, Monedero y Errejón había provocado una crisis de dimensiones impensables en IU, porque el sector más cercano al que hoy es su diputado más emblemático, Alberto Garzón, apostaba por una conjunción con Podemos que no gustaba al ala más tradicional del partido. Cayo Lara dio un paso atrás para que Garzón fuera el nuevo referente de IU, candidato a la presidencia del gobierno, pero no todos los militantes han estado de acuerdo.

En Madrid las siglas IU han saltado por los aires, en Rivas Vaciamadrid -de donde era concejal la ex pareja de Iglesias, que compadreaba con Garzón para lograr la fusión- se presentan tres listas de candidatos que militaban en IU, y en el resto de España de las conversaciones entre Podemos e IU sólo han salido cinco candidaturas comunes para las alcaldías de capitales de provincia: Zaragoza, Bilbao, Pontevedra, La Coruña y Barcelona. Muy pocas, cuando Garzón pretendía alcanzar acuerdos en más de la mitad.

Queda, por tanto, ante el 24-M, una izquierda extrema muy dividida, en la que es incluso posible que la crisis provocada por la dimisión de Monedero, y sobre todo por sus graves acusaciones, lleve a que votantes de IU que se inclinaban ahora por Podemos reconsideren la situación y vuelvan a confiar en IU, ya que Iglesias está en otra onda.

Junto a esas formaciones a las que todas las encuestas dan representación en ayuntamientos y gobiernos autonómicos - Podemos se presenta con sus siglas sólo en las autonómicas- aparecen otros partidos, algunos de ellos como Compromís con implantación creciente en la comunidad valenciana, de un radicalismo que supera en mucho al del Podemos inicial; pero también tiene presencia Equo, que se inició en torno al ecologista Juan López de Uralde y al que sumaron personas destacadas de Izquierda Unida como la madrileña Inés Sabanés; Los Verdes, que nunca han tenido en España el papel que juegan en otros países europeos; pero también se pueden encontrar otras siglas locales y regionales, muchas de las cuales en los últimos meses han intentado algún tipo de acuerdo con Podemos a través de los "círculos", algunos de ellos controlados por Ganemos, filial en la que Podemos aglutina a las formaciones, plataformas y grupos con los que quiere contar pero sin incorporarlos a su estructura actual hasta que se celebren las elecciones y se sepa cuál es su fuerza.

Las cartas parecían definitivamente colocadas sobre la mesa para disputar la partida del 24-M. Pero se ha movido el tablero. Después de las elecciones europeas de junio de 2014, un Pablo Iglesias eufórico estaba convencido de que tenía posibilidad de ser presidente de gobierno en la próxima legislatura. Ahora está empeñado en que Podemos sea tercera fuerza: Pedro Sánchez empieza a hacerse son las riendas del partido, y Ciudadanos, de centro derecha, irrumpe con firmeza.

Imposible hacer pronósticos sobre lo que ocurrirá dentro de tres semanas: todos los partidos tienen sus problemas internos, pero Podemos es, hoy, el que se ha encontrado con el paso cambiado a pocos días de la contienda electoral.

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