José Antonio Griñán, el líder del PSOE andaluz, se atrevió a asegurar ayer lo que no quiso hacer Rodríguez Zapatero: señalar a Alfredo Pérez Rubalcaba como el diputado socialista mejor situado para liderar la oposición al presidente Mariano Rajoy. No lo citó como futuro secretario general ni como jefe de la oposición, pero, esta vez, Griñán no evitó elogios a Rubalcaba ni dejó cabos sueltos, al afirmar que Andalucía "va a jugar junta" en el congreso federal de la primera semana de febrero, cuando se elija la nueva directiva que suceda a la de Zapatero. "No tengo ninguna duda de que el Debate de Investidura lo debe hacer Alfredo Pérez Rubalcaba; no me cabe ninguna duda de que es de los socialistas más capaces que hay en el Congreso", afirmó Griñán después de reunirse con su Ejecutiva, una sentencia que no quiso suscribir Zapatero cuando fue preguntado por esto mismo por la mañana.

Esta vez parece que no hay lugar al chaconeo en Andalucía, a jugar sin posicionarse entre Rubalcaba o Carme Chacón como aspirantes a dirigir el PSOE. Los resultados obtenidos en Cataluña han sido muy malos, y mucho peores de lo esperado, de ahí que la sensación de fracaso en esa comunidad sea aún mayor. El PSC ha perdido, cuando las encuestas le daban la victoria, en la comunidad donde mayores recortes sanitarios se han realizado.

Así, parece que Griñán y su dirección se disponen a apoyar a Rubalcaba si éste, finalmente, se presenta a la Secretaría general del PSOE. Esto le evitaría al presidente andaluz bastantes problemas internos, puesto que la oposición a su liderazgo es, básicamente, partidaria de Rubalcaba. Después de que éste obtuviera los peores resultados del PSOE en toda la historia de la democracia, el liderazgo del candidato se ha caído por los suelos, pero no hay ningún barón ni secretario regional que esté en disposición de enfrentar unos buenos resultados en su territorio para optar por la dirección del partido.

Tras el shock de la noche del 20-N, los socialistas se han encontrado sin líderes de los que tirar en estos momentos, y el jefe de la oposición también necesita ser un hombre de Estado. En el PSOE ya ha comenzado un movimiento que se replantea mantener a Rubalcaba, al menos como jefe de la oposición, pero es seguro que éste ya no cometerá el error de asumir una exposición pública tan alta, como fue su candidatura a las generales, sin ser secretario.

Griñán dio ayer un paso decisivo. Del candidato llegó a decir que ninguna otra persona se había volcado en una campaña de unas elecciones generales en Andalucía como Rubalcaba. "Ha hecho una campaña extraordinaria", mantuvo el presidente andaluz sobre el candidato. A pesar de que el calendario andaluz se estrecha -en marzo hay elecciones generales-, apoyó el congreso federal de febrero con un argumento irrebatible: el secretario general, Rodríguez Zapatero, no será diputado en esta legislatura. Y un asunto más: el andaluz, eso sí, esperará a después de las elecciones autonómicas. Griñán se reunirá el domingo con sus secretarios provinciales y con los miembros andaluces de la dirección federal, donde están Chaves y Zarrías. Pretende ser una foto de unidad y, previsiblemente, de apoyo a Rubalcaba.