El consejero andaluz de Turismo y Comercio, Rafael Rodríguez, afirmó este jueves que Andalucía también quiere liderar el área del turismo industrial, con motivo de la inauguración de la rehabilitación de la antigua fábrica de azúcar de Nuestra Señora del Carmen de Torre del Mar, en Vélez-Málaga.

Rodríguez puso esta actuación como ejemplo del crecimiento que está experimentado la comunidad autónoma en este tipo turismo, gracias a la labor que se está desarrollando desde la Dirección General de Calidad e Innovación Turística.

Según el consejero, en este marco del turismo industrial, tiene "especial cabida y especial significado" la recuperación de lo que fue el pasado industrial de Andalucía y "el pasado de sus tierras".

Explicó que el ingenio azucarero de Torre del Mar, construido en 1797, es una prueba de lo que supuso la industria de la transformación de la caña de azúcar para Vélez-Málaga y el conjunto de la Axarquía, y precisó que hay que aprovechar su patrimonio y legado para ponerlo al servicio del turismo.

El consejero destacó que Andalucía está experimentado "unos momentos turísticos de especial significación, con unos resultados formidables en todos los indicadores", y atribuyó el liderazgo de la comunidad a su potencialidad y liderazgo en varios segmentos.

Informó de que la encuesta sobre alojamientos extrahoteleros que hizo pública el Instituto Nacional de Estadística refleja que en Andalucía, ha habido un aumento en este sector en junio, y que la región lideró el crecimiento de todas las comunidades turísticas de la Península.

Asimismo, en lo que va de año, el turismo reglado en Andalucía está obteniendo unas cifras "espectaculares", según Rodríguez, que señaló que el total de las pernoctaciones ha crecido un 6,3%, mientras que en el caso del empleo turístico, la subida ha sido del 3,9%.

Tanto el consejero andaluz como el alcalde de Vélez-Málaga, Francisco Delgado Bonilla, coincidieron a la hora de subrayar las dificultades que ha atravesado la rehabilitación de la antigua fábrica de azúcar, que ha sufrido numerosos retrasos e incluso litigios judiciales entre el Ayuntamiento y empresas constructores.

El convenio entre la administración local y la Junta para la puesta en macha de los trabajos se firmó en 2002, y tras varias modificaciones en el proyecto original, ha concluido la actuación, que ha supuesto una inversión de más de tres millones de euros.