Lucas Alcaraz realizó otra defensa a ultranza de sus jugadores en su rueda de prensa intersemanal, más centrada en la crueldad del pasado -y con la incertidumbre del futuro planeando- que en el rabioso presente, condensado en la visita al Villarreal B. Con el 1-4 del Alcorcón fresco, el entrenador del Córdoba sacó pecho tirando de estadísticas, pues los nueve puntos sobre la zona de descenso a estas alturas son un aval en comparación con "hasta la época en la que jugaba Zarra". El play off, ese desafío dibujado en verano por el presidente, José Miguel Salinas, le suena a chino. Sobre todo, con los bolsillos agujereados.

"Tenemos que estar enrabietados, cabreados y con ganas de volver a ganar y a sentir las sensaciones buenas, pero dentro de una normalidad objetiva. Ha sido un partido accidentado y no dejan de ser tres puntos, independientemente de las sensaciones que tenga cada uno", empezó diciendo el granadino, consciente de que "cuando fuimos a Tenerife habíamos perdido también tres seguidos" y el equipo respondió (1-2). "El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Nosotros tenemos que ir partido a partido para ganar partidos, tener buenas sensaciones y subir en la tabla", añadió.

A su juicio, "lo de ganar cinco partidos seguidos no es sólo para el Córdoba. ¿Quién los gana?". El técnico quiso recalcar que "el equipo en estos dos años siempre ha estado en posiciones más o menos estables, cosa que anteriormente, con presupuestos más altos, nunca ha pasado. Nunca. He estado mirando la distancia con respecto al cuarto, que hace el descenso, y no recuerdo nueve puntos en ninguna temporada". "Ni me gusta ser optimista ni sacar las situaciones de contexto. Estamos donde estamos. Evidentemente, venimos de un partido que el equipo ha perdido dando mala sensación. De la recta final del partido yo asumo gran parte de la culpa, no los jugadores. Los jugadores tuvieron problemas para encarar la segunda parte, pero de la última fase de la segunda parte gran parte de la culpa fue mía. Aparte, estoy plenamente convencido de que el Córdoba hace muchísimas temporadas que no tiene un vestuario tan profesional y tan honrado como éste. Y además, objetivamente, los números dicen que en 16 años no ha existido esa distancia. Y con las circunstancias que rodean a la entidad, el equipo tiene que salvarse; el que quiera vender otra moto es problema suyo, que lo explique él. Pero primero está salvarse", enfatizó.

Alcaraz, curtido en mil batallas, confía en que el rapapolvo del pasado domingo estimule al grupo: "Para los que llevamos muchos años como profesionales, nuestro orgullo profesional está por encima de cualquier situación puntual de todo tipo: contractual, económica, social... La esencia del deportista profesional es la competición, la competición es la que te va marcando el estado de ánimo. Y ahora mismo tenemos que estar motivados, por supuesto; si no, no seríamos deportistas profesionales".

Lucas negó que el CCF, con 41 puntos y nueve jornadas por delante, vaya a dejarse llevar en los dos próximos meses. "Es muy difícil ganar partidos. Este equipo no se va a relajar en ningún momento. A este equipo le doy un mérito grande, y además lo hago esta semana a propósito. A mí me gusta reivindicar las cosas en los momentos difíciles, y le doy mucho mérito porque han peleado contra muchas circunstancias adversas, unas que se saben y otras que no. Este equipo va a tener capacidad para pelear, seguro. El año pasado no vi un problema de relajación. Pudo haber un partido puntual, pero no un problema grande", precisó el entrenador cordobesista, para quien "queda mucha tela que cortar en todos los sentidos". "Si en algo hemos estado siempre en un camino correcto, es estar siempre en el tema deportivo, independientemente de que hay circunstancias que nos atañen directamente. De aquí al 5 de junio nosotros vamos a estar con los cinco sentidos y peleando cada punto independientemente de las circunstancias", recalcó.