Córdoba-alcorcón

El típico partido tonto (1-4)

  • El bando blanquiverde desperdicia otra ventaja en casa y acaba devorado por el peor visitante de Segunda, que golea sin alardes. El Arcángel enmudece con la segunda derrota consecutiva

El Córdoba tenía la oportunidad de alcanzar a un rival tan directo como modesto que sumaba 44 puntos y sólo había cosechado seis puntos en sus 15 viajes, dejar la permanencia virtualmente amarrada y seguir soñando con el play off de ascenso. Pero la crisis de mayo de la temporada pasada se ha adelantado, porque el cuadro blanquiverde dio otro paso atrás en su estéril mes de abril al encadenar la segunda derrota consecutiva ante un Alcorcón que sin hacer nada del otro mundo superó el tanto inicial de Oriol Riera a los siete minutos y terminó vapuleando a un equipo fundido, plomo y opaco, al que hizo mucho daño el 1-2 encajado al filo del descanso. Una caricatura sumida en la indeterminación.

Alcaraz optó por el once natural ante las bajas de Tena y Pepe Díaz, reemplazados por Agus y Oriol Riera, y sus jugadores salieron enchufados, acaparando la posesión y proyectándose por los dos costados. A Charles le anularon un gol por claro de fuego antes de que el Alcorcón diera señales de vida con dos oportunidades consecutivas y bastante claras: cruce de David de Coz para impedir la definición de Quini, que había recibido un pase al hueco de Borja, y testarazo al palo de Babin a la salida de ese mismo córner.

El peor visitante de Segunda no debe permitirse esas licencias. Sobre todo, cuando se demostró que un zaguero como Camille era capaz de plantarse en el área tras una carrera de más de 50 metros, dando pie a que Oriol se desfogara con los aficionados más ardientes del Fondo Norte. Sin embargo, el Córdoba sólo conservó su renta durante cuatro minutos. Los que tardaron en dormirse Jorge Luque y asociarse Sergio Mora, Ángel Sánchez y Quini, autor ya de 18 dianas en la temporada de su debut en la categoría.

1-1 a los once minutos merced a dos defensas de verbena y a la verticalidad de dos laterales zurdos: Camille, consolidado como interior por la baja de Arteaga, y Ángel. Poco después, fue de nuevo el francés quien se plantó en las inmediaciones de Manu Herrera con margen para elegir, pero su centro-chut hacia Charles se topó con el apresurado repliegue de jugadores amarillos.

Agus estaba desastroso, nervioso y fallón, en su pugna con Borja, al tiempo que Richy se las tenía tiesas con Quini. Era un partido de balones largos, y las tentativas locales resultaban baldías. Y si Charles o Riera recibían, tocaban atrás y no pasaba nada. La grada, poco poblada (ni ocho mil un domingo por la tarde y sin televisión), expresaba su mosqueo con la aportación de los suyos y con un árbitro de criterio irritante.

Sin ritmo, pero dominando bajo la batuta de un Luque sobrado, el CCF tuvo dos ocasiones al borde de la media hora: Juanmi Callejón se entretuvo antes de lanzar, cerrándose el ángulo y posibilitando la llegada de Babin -el ex del Lucena, muy poderoso físicamente y contundente en el juego aéreo, fue el mejor defensor de la tarde con diferencia-, y Manu Herrera se lució en un derechazo de Charles desde la frontal. Mucho más nítido fue el siguiente acercamiento, con apertura del brasileño, centro raso de Camille desde la autopista que le concedía Nagore y remate alto, en carrera y en el área pequeña, de Riera. El catalán tuvo el doblete a huevo ahí. También falló Alberdi, en una salida a por uvas de Alberto García, al cabecear otro córner.

Proliferaban errores groseros, con mención especial para un colegiado quizá aturdido por el sol. Pitaba poco y mal, pasando por alto infracciones evidentes que enervaban a Lucas. La primera amarilla (38'), al pivote Alberdi, fue celebrada por un público que ya encaraba el intermedio con la mosca detrás de la oreja cuando Paco Montañés estableció el 1-2 con un zapatazo repentino.

El Córdoba debía remar a contracorriente en el segundo acto para ganar un partido que muchos daban por ganado de antemano. En el receso calentaron juntos tres perros viejos como Jonathan Sesma, Cabrera y Usero, al tiempo que el destronado Raúl Navas ejercía de cicerone con tres chavales con dorsales superiores al 25: Fernández (28), Mane (35) y Javi Hervás, presto para estrenarse con los mayores con el número 33 a la espalda. Antes de volver a empezar, Alcaraz dio a Luque las instrucciones de marras para que continuara tirando del carro.

La tensión se acrecentó por la tardanza de Martínez Munuera, abroncado por hacer esperar a los 22 auténticos protagonistas. El juego siguió volcado por la izquierda en los dos bandos: Alberto García realizó sendas paradas tras brillantes jugadas de Montañés y disparos de Borja y ni Camille ni Fuentes encontraron los resquicios para habilitar a un amigo en el área. Sin más dilación, en el 55', se produjo un doble cambio: Jonathan Sesma y Cabrera por Fuentes y Agus. La apuesta conllevó la reubicación de Camille y Alberto Aguilar como defensas.

El partido estaba feo: los pelotazos cruzados se iban fuera, Callejón no daba una y El Arcángel bramaba cuando los suyos tocaban atrás para elaborar. Además, el combinado de Anquela lo tenía clarísimo: cerradito atrás y perdiendo todo el tiempo del mundo. El fútbol era atropellado porque la movilidad brillaba por su ausencia y el cronómetro avanzaba para disgusto de un bloque sin ideas. Si no aparecía la estrategia, los tres puntos se iban por el sumidero.

En ésas, Camille levantó a una afición callada con un eslalon maradoniano. Charles optó por abrir hacia Callejón al quedarse sin hueco para chutar y la opción se esfumó. La salida de Mane por Alberto Aguilar pretendía reactivar a un conjunto sin imaginación, pero el Alcorcón explotó el agujero en el eje de la zaga con dos zarpazos a balón parado: Borja castigó la parsimonia local en un saque de banda y Rueda despistó a un estático Alberto García en una falta lateral botada por el recién incorporado Carlos Martínez, jugador del Villanueva en aquellos maravillosos (para los jarotes) años en Segunda B.

Los diez últimos minutos sobraron. Sólo los gritos del medio centenar de seguidores visitantes alteraban un estadio silenciado por la indiferencia, que sí tiró de sorna para vitorear un amplio rondo de sus humillados profesionales. El juez vio el percal y fue justo sin que sirviera de precedente: descontó 80 segundos tras una segunda parte en la que se jugó muy poco y el Córdoba se difuminó como por arte de magia. Negra.

- Ficha técnica:

1 - Córdoba: Alberto; David De Coz, Richy, Agus (Cabrera, m.55), Fuentes (Jonathan, m.55); Callejón, Alberto Aguilar (Mane, m.74), Jorge Luque, Camille; Oriol Riera y Charles.

4 - Alcorcón: Manu Herrera; Nagore, Rueda, Babin, Ángel Sánchez; Fernando Sales (Carlos Martínez, m.74), Mora (Samuel, m.82), Alberdi, Montañés; Borja y Quini (Gerardo, m.80).

Goles: 1-0, m.07: Oriol Riera. 1-1, m.11: Quini. 1-2, m.43: Montáñez. 1-3, m.75 Borja. 1-4, m.78: Carlos Martínez.

Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano).

Incidencias: Partido disputado en El Nuevo Arcángel ante unos siete mil espectadores, con terreno de juego en aceptables condiciones.

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