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Salinas tilda la actitud de la grada de "miserable"

  • "Desde los primeros minutos han ido a por él", asegura en relación al "cobarde" trato a Flores · El ambiente está "más enrarecido que lo que la situación merece"

"Voy a decirlo con toda sinceridad: me ha parecido miserable". Así de contundente se mostró el presidente del Córdoba, José Miguel Salinas, sobre los silbidos que recibió el centrocampista blanquiverde Javi Flores.

Contó el mandatario, bastante disgustado con lo que se pudo percibir ayer en El Arcángel, que el de Fátima "estaba jugando un buen encuentro con las cosas que tiene Javi, porque a Javi le gusta hacer cosas espectaculares, pero estaba muy ordenado en un puesto que hace tiempo en el que no juega, el de pivote ofensivo, y ha hecho un partido ordenado, entregado, enchufado, y desde los primeros minutos han ido a por él".

Según Salinas, "quien hace eso muy muy cordobesista... Se creerá muy cordobesista, pero creo que eso no es. Es una actitud cobarde de ir a hundir la moral de un jugador que es de aquí y que lo entrega todo".

Porque además distinguió que "el Javi primitivo que hacía dos taconazos y no corría no es el Javi de hoy, e ir desde el principio a por él...". Como conclusión sobre la experiencia que padeció Flores dijo que "quien lo haga en la grada, allá él con su conciencia, pero me parece miserable".

También señaló el presidente que, dentro de lo que cabe y "habiéndonos quedado con diez jugadores", el 0-0 fue "un mal menor". Pero se quedó con la sensación, mirando el cómputo global del duelo, de que "con once futbolistas no estábamos haciendo un mal partido, y después de ver el escaso peligro del Villarreal... Si hubiéramos estado todo el encuentro en igualdad de condiciones habríamos tenido más oportunidades de ganar, pero bueno, al final un empate siempre es puntuar y no está mal". De todos modos, también confesó que "ha habido un momento de apuro en el que un empate no nos ha parecido un mal resultado".

Así que el dirigente, que bajó personalmente al vestuario para dar ánimos a futbolistas y técnicos al acabar el choque, se sintió "por el resultado, el punto y tal, bien, pero por lo demás... mal". "Creo -completó su reflexión, tratando de aportar alguna solución al evidente divorcio con la grada- que tenemos un ambiente más enrarecido que lo que la situación merece, y es una cuestión de que todos pensemos en qué podemos hacer".

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