No han tardado mucho algunos de los descartes del Córdoba en encontrar acomodo para la próxima temporada. Los dos primeros en confirmar sus destinos han sido precisamente dos habituales inquilinos de un mismo puesto, la posición de interior diestro.

Ayer Javier Zubillaga confirmó las avanzadas negociaciones que mantiene con el Arsenal de Sarandí para el traspaso de Cristian Álvarez. Tal es así que, según explicó el riojano, había un acuerdo con el equipo sudamericano desde enero para facilitar su salida cuando finalizase la temporada. Sobre el montante de la operación, el director deportivo apuntó que "había pactada una cifra de salida, pero por la situación que había en ese momento en el club y tras el partido del día con el Zaragoza, que se ganó y con el que Cristian se quedó a falta de dos partidos para renovar, se tomó la decisión por parte del club de que lo más conveniente en esos momentos era mantener ese potencial que se había visto en ese partido por el futbolista".

Zubillaga incluso anticipó que "su representante nos ha pedido el finiquito". A falta de confirmación, pues, el traspaso parece practicamente hecho.

Guzmán, por otra parte, volverá a jugar en El Arcángel... pero cuando el Castellón visite Córdoba durante el campeonato. El pacense se ha vinculado con la institución de La Plana por dos temporadas con opción a una tercera. Apenas ha durado, pues, un par de días libre el rapidísimo interior.

Otro que podría encontrar acomodo en breve es Endika Bordas. El vasco ha ofrecido sus servicios al Albacete, pero desde el club manchego esperan la decisión del nuevo inquilino del banquillo, Juan Ignacio Martínez.

Respecto a los casos de Yordi, Ito y Mario -los tres que tienen contrato en vigor-, Zubillaga contó ayer que las negociaciones serán "duras y complicadas" porque "son temas espinosos, ya pasó con Gastón y vamos a ver. Tengo confianza en que se pueda llegar a una acuerdo por ambas partes". Si no, Ito ya ha advertido que se presentará en el primer entrenamiento para cumplir con sus obligaciones contractuales.

Ayer Javier Zubillaga compareció ante los medios de comunicación para dar detalles pormenorizados de la lista de bajas confeccionada entre él y el nuevo técnico, Lucas Alcaraz. "Han primado el factor rendimiento-coste y la valoración del club", empezó diciendo el riojano, quien añadió que "ha salido una lista en la que puede haber casos individuales en los que la gente puede tener una opinión diferente, pero nosotros hacemos una valoración mucho más profunda de muchas más cosas, como condición física o valoraciones económicas".

Apuntó el director deportivo un nuevo factor: la necesidad de rejuvenecer la plantilla. "Cuando llegué en enero, la plantilla tenía una media de edad de 30 años, que se bajó a 28,5 con las tres incorporaciones del mercado de invierno. Y en nuestra idea sigue estando el rejuvenecer a la plantilla", indicó.

"El club tiene que subsistir con los ingresos que va a tener a partir de esta temporada", siguió esbozando Zubillaga, para lo cual "se tiene que ajustar al plan de viabilidad, que no es ni más ni menos que reajustarse económica y deportivamente a lo que este año se va a ingresar". El montante disponible ronda los seis millones de euros.

Las dos bajas más controvertidos, las de Rubén y Guzmán, fueron explicadas con contundencia. Sobre el lateral, indicó que "me puedo remitir a lo que he dicho, es una decisión del club; y vosotros -por los periodistas- sois de los que más le habéis criticado". Acerca del extremo pacense, negó que hubiera un compromiso de ofrecerle la renovación tras su fractura de húmero: "Eso de que cuando se lesionó se le iba a renovar… creo que no he dicho esas palabras. Otra cosa es que se haya dicho que se iba a contemplar esa renovación, que él posiblemente podría haberla tenido si no se hubiese lesionado cumpliendo los partidos que tenía en la cláusula. Pero ha habido una nueva valoración del club, que tiene que pensar con la cabeza, y no con el corazón, y se ha entendido que se debe dar ese cambio".