Después de cuatro partidos sin ganar y con apenas una victoria en las cuatro salidas realizadas en la Asobal, el Ángel Ximénez-Avia afronta su estreno en la Copa del Rey con la obligación de no fallar en su visita al Carabanchel de la División de Honor Plata (Francisco Fernández Ochoa, 20:45). El recuerdo de la eliminación de hae un año ante el Juanfersa Gijón, también de la segunda categoría, exige más si cabe a un equipo que en 2015 escribió una de sus páginas más brillantes de su historia al alcanzar la Final a 4, donde cayó ante el intratable Barcelona.

El Ximénez arrancó la campaña de manera sobresaliente, con un triunfo en Valladolid que hasta ahora son los dos únicos puntos a domicilio que adornan el casillero del conjunto pontano. Pero luego ha acumulado hasta tres derrotas fuera, una racha que en el último mes se ha visto nublada también por dos pinchazos en casa que alargan la sequía del equipo de Quino Soler. Y eso no es lo mejor ante la visita a un Carabanchel que marcha quinto en la DHP y que sólo ha perdido un encuentro como local, en el estreno liguero y ante el invicto Ars de Palma del Río. Datos que invitan a dejar las confianzas a un lado de cara a la eliminatoria.

En declaraciones a Efe, Soler no escondió que el Ximénez parte como "favorito", pues "negarlo sería absurdo y mentir", pero dejó claro que "eso no quita que deba demostrarse" en la pista ante un rival "más difícil de lo que la gente espera". "Todo el mundo piensa que es de División Plata como si fuera una categoría sin valor o sin virtudes, cuando hay que ir a dejarlo todo y jugar ante un equipo que tiene un buen balonmano", sentenció el técnico, que no se fía de una escuadra madrileña que tiene entre sus principales jugadores al portero Lucas Rico, hijo del mítico internacional Lorenzo Rico, Martín Llopis y su goleador Juan Muñoz de la Peña. Enemigos de nivel para evitar la relajación en un Ximénez que no debe decir adiós a las primeras de cambio.