Liga 1,2,3 · Córdoba-Nàstic · la crónica

Aquí no hay división (2-0)

  • Con la bandera del pragmatismo izada, el Córdoba enlaza su tercera victoria consecutiva ante un Nàstic al que no permitió rematar sobre el portal de Pawel. Los blanquiverdes son segundos.

El Córdoba sumó en El Arcángel y ante el colista su tercera victoria consecutiva en un plazo de sólo una semana y se colocó de nuevo en posiciones de ascenso directo a la espera de lo que ocurra hoy en el cierre de la jornada. Un doble motivo de felicidad y satisfacción para todos los aficionados, sin distinción, de un club demasiado acostumbrado últimamente a ser protagonista por lo que le acontece lejos del verde y que ahora lo es también por lo que se cuece dentro. Así, agarrado a un pragmatismo llevado a la práctica a la perfección tras verle las orejas al lobo, el conjunto blanquiverde dio un paso más en su fase de crecimiento con una lección defensiva que dejó al Nàstic sin probar a Pawel, lo que acompañó con una buena dosis de efectividad ofensiva en las botas de Rodri, autor de un doblete que bastó para firmar el cuarto triunfo del curso de los suyos. 

A pesar de la llegada del colista, del único equipo que aún hoy sigue sin conocer la sensación de la victoria en la categoría de plata, y de tener la moral por las nubes por sus dos últimos resultados positivos, el Córdoba no varió un ápice su planteamiento. Dejando la precipitación a un lado y con un cambio obligado (Rodas por Deivid) y otro que amenaza con ser costumbre (Caballero por Edu Ramos), el equipo de Oltra salió con la intención de mandar y controlar la situación tanto con balón con sin él, pero teniendo muy presente que el orden y la seriedad defensiva son el camino más corto para alcanzar el éxito. De esta manera, ante un Nàstic que busca relanzarse con esas mismas armas, el primer periodo fue poco vistoso, con escasas llegadas, aunque la mayor parte del mismo con un aire de tranquilidad tremendamente satisfactorio por la solvencia mostrada por los blanquiverdes. 

Con las piezas distribuidas sobre el tablero, fue curiosamente el cuadro tarraconense el primero en asustar, con una buena triangulación por la izquierda que acabó cabeceando Álex López ligeramente desviado. Ese primer aviso tuvo escasa continuidad, apenas si un par de acciones bien trenzadas en las botas de Madinda a las que, como casi siempre, les faltó definición (los catalanes sólo han conseguido un tanto en sus cuatro desplazamientos). Pero ahí quedó la cosa. El dominio territorial cordobesista poco a poco fue pasando a trasladarse también en control del partido, sobre todo gracias al buen hacer de Guille Donoso por la derecha y de Rodri en esa pelea continua que se trae con las defensas enemigas sin importarle lo más mínimo estar normalmente en posición de clara desventaja. De hecho, el primer acercamiento peligroso del CCF fue un envío del asturiano que entre Juli y su par desviaron para que la pelota superara por detrás a un Saja vendido en su salida y acariciara el poste más alejado. 

El choque estaba en una situación de indefinición, con ambos equipos sin saber muy bien qué hacer para inquietar al contrario y alternando el control del esférico cuando una nueva aparición de Guille Donoso por la derecha abrió una brecha por la que empezó a descoser el partido a su favor el CCF. Esa primera acción del ex del Sporting no terminó en gol de Rodri por el oportunismo de Lopo y Mossa, que sacaron el balón debajo casi de los palos con Saja ya batido, pero la segunda terminó en el 1-0. No fue en el córner conseguiente, sino en la continuación, con un robo en la salida visitante y una triangulación en tres toques que el delantero soriano rubricó batiendo la meta nàstiquer a quemarropa. El Córdoba hallaba premio y hasta pudo irse al descanso con una ventaja más cómoda tras un disparo de Alfaro que repelió la zaga cuando el cancerbero estaba ya vencido al otro lado. 

Como es natural, lo visto en el primer periodo no satisfizo a Vicente Moreno, que movió ficha para buscar más mordiente con la entrada de Jean Luc, artífice de la ocasión más clara del Nástic a los 15 segundos de la reanudación; el envío del extremo lo empaló dentro del área Uche para que la pelota se escapara a escasos centímetros del portal de un inédito Pawel. Un portero, el polaco, que siguió viendo el desarrollo del encuentro con suma tranquilidad ante la falta de pegada e ideas ofensivas de los catalanes, incapaces de superar la barrera defensiva local. Y hasta de dirigir un remate entre los tres palos, algo que tampoco pudo conseguir Iago Bouzón con un cabezazo a la salida de un córner. 

El Nàstic amagaba sin golpear y el Córdoba golpeaba casi sin amagar. De hecho, otra transición de primeras provocó el segundo y definitivo tanto de Rodri con el que se terminó de sentenciar la victoria blanquiverde. Ahí acabó el encuentro a pesar de los intentos baldíos de los tarraconenses, que quisieron dar un paso al frente en busca de la reacción y acabaron dejando huecos atrás que el propio Rodri, Bergdich y Juli no supieron aprovechar para hacer más grande la brecha. No hizo falta, porque el CCF ya había abrochado un triunfo que permitió que El Arcángel se vaciara con una sonrisa en la cara de cada uno de los asistentes. Sí, de todos, porque por mucho que les duela a algunos forofos de bufanda, no por contar la verdad se es menos cordobesista. Más bien lo contrario. Sean felices, que motivos hay para ello porque en el verde no hay división alguna.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios