Deportes

Año I después de Casillas

  • El brillante ciclo del portero en la selección parece haberse cerrado con su exclusión de la lista por decisión técnica por primera vez en 16 años.

El minuto 73 del partido que España jugó frente a Corea del Sur en Salzburgo el pasado 3 de junio, de preparación para la Eurocopa, puede haber significado, todo apunta a que será así, el punto final a la trayectoria de Íker Casillas en la selección española de fútbol. Ya se sabe que todo lo que empieza acaba y, aunque no ha mediado declaración de Íker anunciando su adiós, e incluso Julen Lopetegui habló el viernes de que "en ningún caso le vamos a cerrar las puertas de la selección", no parece probable que el portero de Móstoles vuelva a vestir la camiseta española. Tal como están las cosas, sería una sorpresa que así ocurriera, más allá de algún partido a modo de despedida, a pesar de que Casillas tiene todavía 35 años, una edad nada descabellada para un portero, y sigue compitiendo al máximo nivel con el Oporto tanto en la liga portuguesa como, una temporada más, en la Champions.

En cualquier caso, ocurra lo que ocurra en el futuro, hay un dato sumamente llamativo. Se trata de la primera ausencia de Casillas en una convocatoria de la selección por lo que se ha dado en llamar "razones técnicas", sin que haya habido lesión o baja forzosa por disputar alguna final europea con su equipo, desde que en vísperas de la Eurocopa de Bélgica y Holanda, allá por el año 2000, debutara con apenas 19 años sustituyendo a Molina. Fue de la mano de Camacho también un 3 de junio -el ciclo, pues, se quedaría en 16 años exactos- y España empató a uno en Gotemburgo ante Suecia con tanto de Pep Guardiola. Desde entonces, ha participado en 167 de los 218 encuentros que ha disputado España, 153 de ellos como titular, una condición que apenas ha visto peligrar en un par de ocasiones, la primera cuando sus problemas, y su lesión, en el Real Madrid coincidieron con el gran momento de Víctor Valdés y la segunda, y parece que definitiva, con la consolidación de David de Gea, que empezó a disputarle el puesto en la fase de clasificación para la última Eurocopa y en el torneo francés se hizo definitivamente con él.

Sus 16 años en la selección suponen un récord en el fútbol español. Lejos de su amigo y admirado Buffon, que va por los 19 años en la azzurra, pero por delante de Ricardo Zamora (casi 16 años) y Luis Suárez (15 años, aunque mediaron seis en blanco entre el Mundial 66 y el último partido, una especie de homenaje, ante Grecia en el 72). Casi 14 años estuvo Xavi, 13 Camacho, Zubizarreta y Fernando Hierro, 12 Pirri y Amancio, 11 lleva ya Sergio Ramos. Durante ese tiempo, Casillas ha gobernado con mano de hierro la portería de la selección, con la que ha estado presente en cinco Eurocopas, aunque no jugó ni en la primera, la de 2000, ni en esta última de Francia, y cuatro Mundiales.

la titularidad

Empezó como suplente de Molina y Cañizares, pero pronto se hizo con el puesto. Su primera titularidad llegó en el segundo partido tras la Eurocopa -el primero, en Alemania (4-1), lo jugó César-, un Bosnia-España de clasificación para el Mundial de Corea y Japón que España ganó 1-2 con tantos de Gerard y Etxeberria, y Camacho lo fue alternando con Cañizares hasta que el episodio nunca suficientemente explicado del bote de colonia que hirió al valencianista en la concentración de Jerez lo apartó del Mundial 2002 y le dio a Íker la oportunidad de disputar su primer gran torneo con la absoluta.

El Casillas que con poco más de 16 años había sido reclutado de prisa y corriendo en el colegio, ante las lesiones de Illgner y Contreras, para ir en la expedición del Real Madrid a un partido de Champions en Trondheim contra el Rosenborg, el Casillas que se había proclamado campeón del mundo sub 20 en Nigeria en 1999 -aunque por entonces el titular era Aranzubia e Íker sólo jugó ante Honduras y los cuartos ante Ghana, donde paró el último penalti en la tanda en la que se decidió el pase-, estaba en su primer gran año como profesional. Había sido decisivo en la final de la Champions ante el Bayer Leverkusen, en la que sustituyó al lesionado César e hizo varias paradas determinantes en el tramo final, y ahora iba a ser el titular de España en la cita de Extremo Oriente. Casillas se mantuvo dentro del tono medio del equipo -encajó goles en todos los partidos salvo, precisamente, el de cuartos de final ante Corea, el del egipcio Al Gandhour y los penaltis que sonrieron a los anfitriones-, pero vivió su momento de gloria, uno de los muchos que ha protagonizado en su carrera, en los octavos ante Irlanda, cuando tras pararle un penalti a Ian Harte en el partido detuvo en la tanda los lanzamientos de Connolly y Kilbane para llevar a España a cuartos.

Tenía sólo 21 años y había jugado apenas 17 partidos internacionales, pero ya era uno de los indiscutibles de un equipo en el que ya figuraban algunos de los que compartirían con él los años de vino y rosas -sus amigos y máximos rivales Xavi y Puyol debutarían poco después de la primera titularidad de Íker, ante Holanda en la Cartuja en noviembre de 2000- y en el que ese mismo 2002 se produjo el inevitable relevo generacional con el adiós de jugadores de peso como Hierro, Luis Enrique o Nadal.

Desde entonces, con Sáez, con Luis y con Del Bosque, la portería de la selección siempre fue de Íker Casillas. Relegado quedó Cañizares -apenas jugaría once partidos más hasta su adiós en Alemania 2006 con casi 37 años-, como relegados quedaron porteros como César, Ricardo, Contreras, Aranzubia o Palop, algunos de los cuales ni siquiera llegarían a debutar. Caso aparte es el de Pepe Reina, precisamente el hombre que con 34 años ha tomado su lugar en la primera lista de Lopetegui. Reina, eterno suplente de Casillas durante nueve años, desde su debut en 2005 hasta el Mundial de Brasil, ha llegado a jugar 33 partidos internacionales, aunque poquísimos han sido de carácter oficial.

problemas y dudas

Con Valdés, en cambio, llegaron las primeras dudas. Casillas llevaba tiempo con serios problemas en el Real Madrid, donde Mourinho le hizo la cruz después de que el portero llamara a Xavi y a Puyol para evitar que el horrible ambiente creado entre madridistas y azulgrana a raíz de la Supercopa de 2011se trasladara a una selección que se disponía, como así acabó ocurriendo, a revalidar el título en la Eurocopa. El portugués incluso llegó a quitarle la titularidad a Íker, que finalmente sufrió una importante lesión al recibir un golpe de Arbeloa en un entrenamiento de los blancos. Todo ello coincidió en el tiempo con un Víctor Valdés pletórico en el Barça de Tito Vilanova, lo que desembocó en que, de 16 partidos en la temporada 2012-13, hasta la Copa Confederaciones de Brasil, Casillas y Valdés se repartieran los partidos -siete cada uno, con dos para Reina- y empezara a cobrar fuerza la idea de que la titularidad en el Mundial brasileño, lo nunca visto, no estaba asegurada para el madridista.

Pero Valdés se lesionó de gravedad en marzo de 2014 y Casillas, lejos ya Mourinho, pero objeto de un agrio debate en la afición blanca en torno a su persona y a su rendimiento, tuvo el camino expedito hacia su cuarto Mundial, su octavo gran torneo de selecciones.

El resto es historia reciente. El Mundial fue un tormento para Casillas, como para toda la selección, pero, ya en el Oporto, siguió contando con toda la confianza de Vicente del Bosque y, de hecho, fue titular en siete de los diez partidos de la fase de clasificación para Francia 2016. Pero la sombra de De Gea se fue haciendo cada vez más alargada y todo se precipitó en la Eurocopa, que Íker vio desde el banquillo -sin encajarlo demasiado bien, todo sea dicho-, justo como ocurrió en 2000, cuando era un imberbe de apenas 19 años que venía de ganar la Copa de Europa y quería comerse el mundo.

Lo siguiente es la ausencia de la convocatoria que Lopetegui dio el viernes. Nada es definitivo y, sin que de su boca haya salido el más mínimo comentario, está por ver si será su final en la selección. Puede que tenga un adiós especial, aunque salvo en los casos de Gento y Luis Suárez, y el más reciente de Puyol, convocado para que jugara su partido 100, no es la costumbre en España con sus mitos. Xavi vio su último partido en zapatillas en el banquillo y la única despedida de Raúl fue una rueda de prensa con Luis para decir que no había más razones que las deportivas. El mismo argumento que se ha esgrimido ahora con Íker.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios