Deportes

Un sólido proyecto con escaso apoyo social

  • El UCAM se estrena en el fútbol profesional bajo la alargada sombra del Real Murcia, que en Segunda B duplica el número de abonados de los universitarios

El duelo de mañana ante el UCAM Mucia será el primer precedente entre el Córdoba y el conjunto dependiente de la Universidad Católica de Murcia. La entidad murciana, que este año se estrena en el fútbol profesional, ha cogido el testigo del histórico Real Murcia si bien el éxito deportivo no ha venido acompañado del respaldo social que se esperaba para un equipo que en apenas cinco años desde su refundación ha alcanzado la Segunda División de manera brillante.

La primera semilla del UCAM Murcia se sembró en 1999. La Universidad Católica de Murcia creó un equipo que potenciara a al combinado universitario en los Campeonatos de España entre 1999 y 2005 cuatro, el conjunto universitario se movió entre la Territorial Preferente y la Tercera División, quedando sin actividad a partir de entonces.

El proyecto, sin embargo, recibiría un segundo impulso seis años después, cuando la UCAM unió sus fuerzas con el Costa Cálida, conjunto de la localidad de Sangonera la Verde. Tras dar sus primeros pasos en Segunda B y recaer al pozo de la Tercera, el conjunto murciano logró dar el paso definitivo hacia su consolidación en la temporada 2013-14, cuando tras un curso brillante en el Grupo XIII selló su vuelta al fútbol de bronce español. A partir de ahí, con mayor inversión económica y el gran trabajo de Eloy Jiménez en el banquillo, el UCAM pasó a ser uno de los equipos de la zona noble en el siempre competitivo Grupo IV de Segunda B. El primer año, el cuadro azul y dorado disputó la fase de ascenso pero el salto definitivo a la categoría de plata se produjo el curso pasado. Una gran temporada con José María Salmerón como entrenador llevó a los murcianos al liderato final y en la eliminatoria de campeones el Real Madrid Castilla sucumbió ante el buen hacer de un equipo caracterizado por su tremenda solidez defensiva y por la rentabilidad que sacaba a sus goles.

El ascenso a Segunda División culmina el éxito del proyecto futbolístico nacido de la Universidad Católica de Murcia, una entidad que actualmente apadrina a gran parte de los mejores deportistas españoles en numerosas disciplinas, como son los casos de los recientes medallistas olímpicos Saúl Craviotto, Mireia Belmonte, Eva Calvo o Joel González. Sin embargo, la solidez institucional del UCAM Murcia no se ha visto respaldado en su tierra por un importante apoyo social. De ahí que se dé la curiosa circunstancia de que el Real Murcia, en Segunda B y atravesando una de las peores crisis de su historia, mantenga unos 7.000 abonados, más del doble que el UCAM, que apenas pasa de los 3.000 aun tratándose del primer equipo de la provincia a nivel deportivo.

Desde hace un par de temporadas, el UCAM Murcia disputa sus encuentros como local en la Vieja Condomina, estadio que el Ayuntamiento murciano cedió bajo convenio a la entidad, que este verano se ha encargado de aplicarle un profundo lavado de cara para adaptarlo a las nuevas exigencias del fútbol profesional. Así, tras arrancar la temporada como visitante, esta misma semana se han culminado los trabajos sobre el nuevo césped del recinto y la colocación de los 6.300 asientos que han cambiado los colores granas de la grada por el nuevo azul y dorado, emblemas de la UCAM.

Mañana, el Córdoba volverá a pisar un estadio del que se despidió en 2004 con derrota ante el Real Murcia (1-0). Un mal precedente que mañana tratará de enmendar en la apertura de su histórico de enfrentamientos contra el cuadro universitario.

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