Córdoba cf

A falta de puntas, medias

  • La llegada de Alfaro y Juli dota a Oltra de la figura del enganche por detrás del delantero que tanto echó en falta el pasado curso. La base del 4-2-3-1 parece hoy inamovible.

José Luis Oltra siempre ha tenido como base un sistema con un delantero referencia y un segundo punta o mediapunta que hiciera las veces de conector entre el centro del campo y el ataque, con presencia cerca del área y movilidad para caer a las bandas. Sin embargo, en su primera temporada en el Córdoba apenas si pudo ponerlo en práctica, o no al menos como hubiera deseado. La ausencia de esa figura específica en un plantel en el que se encontró con dos arietes del nivel de Florin y Xisco, y una primera apuesta fallida con estrépito en Leganés, en la segunda jornada del campeonato, le llevaron a plantear la mayor parte del curso un dibujo más parecido al 4-4-2 que otra cosa. Sólo en el tramo final del campeonato, con Markovic más entonado y suficiencia de hombres en la medular tras la recuperación de Caballero para la causa, el técnico pudo poner en práctica el patrón que tanto le gusta y sobre el que ya trabaja para el nuevo proyecto. La llegada de Alejandro Alfaro y Juli, que apenas han necesitado un par de partidos de pretemporada para demostrar de lo que pueden hacer entre líneas, abre una puerta que el jefe del vestuario no está dispuesto a desaprovechar.

Mientras la dirección deportiva que lidera Emilio Vega se afana en conseguir un par de delanteros que cubran el hueco dejado con las salidas de Xisco, Florin y Fidel -además de Raúl de Tomás-, Oltra exprime los mimbres que tiene ya a su disposición en el stage de Hoevelaken. Allí, el Córdoba ya ha disputado dos amistosos de entidad ante equipos de la máxima categoría de sus países -el Heracles de la Eredivisie local y el Konyaspor de la Super Lig turca- sin ceder, cosechando un empate y un triunfo que sirven de refuerzo para el trabajo realizado hasta la fecha. Pero no sólo por el marcador, sino por la imagen dada y el ideal de juego plasmado sobre el verde, tanto con el resultado a favor como en contra.

Aunque el nivel del grupo en general está siendo bastante bueno, el brillo está llegando de algunos de los recién llegados, especialmente Alfaro y Juli. El primero ha sido titular en los dos partidos, en ambos apareciendo por detrás del punta, pero con libertad de movimientos para auxiliar a la medular o caer a cualquiera de los costados. Toque fácil, apoyo en corto, lanzamiento al hueco, llegada en segunda línea y, lo mejor, la sensación de que el onubense vuelve a sentirse futbolista tras dos campañas en Valladolid en las que nada salió como estaba previsto en su cabeza.

Sí le salieron las cosas a Juli en Vitoria, donde logró el ascenso a Primera con el Alavés. El alicantino es un hombre para todo que a pesar de haberse incorporado al grupo ya en el viaje a Holanda se ha ganado al vestuario y a la afición. Su puesto puede estar tirado a la banda, sobre todo si la entidad cordobesista no consigue un recambio de garantías para Fidel, pero el lunes ante el Konyasport demostró que por dentro es igual de efectivo que por fuera. De hecho, en los 20 minutos en los que actuó como mediapunta hizo el gol del empate y conectó a la perfección con todo el frente de ataque. Al igual que Alfaro, dejándose caer para ayudar a la medular, dando salida fácil al balón y buscando espacios sobre los que percutir o asistir al compañero.

De momento, parece que la secretaría técnica ha acertado de lleno en dos hombres elegidos para actuar en segunda línea. Pero a nadie se le escapa que la guinda debe llegar con las referencias. El club debe incorporar al menos dos puntas, sino tres, y aunque parece tener muy avanzado el fichaje de Rodri y negocia con otros como Ibrahima Balde, lo cierto es que sigue sin encontrar el sustituto ideal para Florin. Queda tiempo, cada vez menos, y de medias es difícil vivir.

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