Oviedo-córdoba

Una china en el zapato (1-0)

  • El Córdoba pierde ante el Oviedo un encuentro en el que mereció un mejor premio. Una concesión defensiva que aprovechó Josete y la mala suerte en ataque lastraron a los de Oltra.

En uno de los partidos más completos realizados esta temporada, el Córdoba se vino de vacío de Oviedo. Algo difícil de entender cuando los blanquiverdes hicieron todo para sacar un mejor premio del Carlos Tartiere. Una concesión defensiva que aprovechó Josete en el arranque del encuentro y la mala suerte en ataque fueron el gran lastre de un cuadro cordobesista que gozó incluso de 40 minutos de superioridad numérica por la justa expulsión de Héctor Verdés. Los de Oltra tuvieron fe, entrega, pundonor y hasta fútbol, pero esta vez faltó la enorme pegada de la que han gozado durante casi todo el campeonato. Sin hacer nada del otro mundo, los de David Generelo consiguieron tres puntos de oro para sus aspiraciones de ascenso, un reto que empieza a complicarse para un CCF que se queda décimo a cuatro puntos de los puestos de play off tras los resultados generados en esta jornada en una igualada Segunda División. Ayer fue como una china incómoda y molesta en el zapato, que te incordia durante el camino y no sabes cómo librarte de ella. Eso le pasó a los blanquiverdes, que no lograron deshacerse de un fastidioso mal ante los ovetenses, que supieron mantener el tipo ante los continuos ataques cordobesistas. Ahora tocará remar contracorriente, pues quedan seis encuentros para la conclusión del campeonato y ya no se pueden desperdiciar más balas porque el margen de error se agotó con el duro golpe sufrido en el Tartiere. Aunque jugando de esta manera, todo es posible.

Con la novedad de Eddy por el sancionado Luso, Oltra mantuvo la confianza en el bloque que las últimas semanas no encajó ningún tanto ante el Huesca ni ante el Tenerife. Atrás quedaron los experimentos del preparador valenciano, ahora el equipo ha vuelto a hacer lo que hizo a la perfección durante la primera vuelta del campeonato. Ya hay patrón de juego de nuevo, algo que falló durante tres meses tirados a la basura y que pueden costar caro. A pesar de todo, ayer no empezó nada bien el duelo para los cordobesistas. Un saque de esquina regalado por un mal despeje de Stankevicius valió para que los ovetenses, maestros en la estrategia, diesen un golpe a la zaga blanquiverde. Una concesión de las de antaño, en la que Razak no atinó bien en su despeje y los defensas se quedaron mirando cómo Josete, en dos tiempos, marcaba el tanto que a la postre dio el triunfo a los carbayones. A pesar de que los de Oltra pidieron fuera de juego, el zaguero estaba en posición correcta porque Xisco se quedó pinchado y lo habilitaba. El tanto espabiló al CCF, que dio un paso al frente. También porque el Oviedo replegó líneas y buscó la contra para dar la puntilla. De hecho, Borja Valle tuvo el 2-0, pero Deivid abortó el peligro con un corte de balón prodigioso. El egoísmo del extremo azulón, cuando tenía al lado libre de marca a varios de sus compañeros, valió para que los blanquiverdes se mantuviesen vivos.

Tras ceder el balón los de Generelo, el Córdoba se creció, se vino arriba y empezó a confiar en sí mismo. Caballero y Eddy enlazaban bien con Florin y Xisco, mientras que Pedro Ríos y Fidel incordiaban continuamente con sus entradas por la banda a la zaga local. Tras un centro de Eddy que no encontró rematador, la primera de las múltiples ocasiones la tuvo Pedro Ríos, que se topó con la afortunada respuesta de Miño. Acto seguido, Florin erró lo que siempre empala a la red. El rumano, libre de marca, remató desviado un medido centro de Fidel. También Xisco probó fortuna con un lanzamiento desde la frontal que salió alto. El Oviedo estaba desaparecido en combate, al son del baile de Caballero. El madrileño tocaba y tocaba y la posesión era de color blanquiverde. Sólo faltaba el gol, que estuvo a punto de volver a llegar en el área cordobesista, pero una milagrosa mano de Razak a tiro de Koné impidió al borde del descanso que los ovetenses rompiesen el partido.

En la segunda mitad, el panorama siguió igual. Miño abortó el empate con una estirada milagrosa tras un remate hacia su portería de Peña. Acto seguido, Verdés, que vio dos amarillas en cuatro minutos, fue expulsado justamente. Los blanquiverdes tenían cerca de 40 minutos en superioridad numérica. Generelo no tardó en reaccionar, quitando a un desdibujado Toché para reforzar la zaga con Bautista. Con el Oviedo aguantando el tipo en defensa, los cordobesistas siguieron a lo suyo. Tocar y abrir a banda para crear ventaja en el área local. Hubo ocasiones de todo tipo, pero el balón no quiso entrar para desilusión de la parroquia cordobesista. La desesperación iba en aumento, al ver que los minutos pasaban y no llegaba el tanto de la igualada. Florin tuvo el empate con un tiro que tocó Bautista y repelió el palo izquierdo de la meta de Miño. Su rechace fue incapaz de empujarlo Pedro Ríos a la red. Cuando entró el balón por fin, el gol fue anulado por un claro fuera de juego de Héctor Rodas, que poco después cabeceó al larguero.

Oltra movió el banco y fue quitando defensas para dar más fuerza al ataque. En la recta final, con más corazón que cabeza ya, los blanquiverdes lo intentaron con tiros desde la frontal de Fidel y Caballero que salieron desviados. Ahí se acabaron las opciones de un Córdoba que hizo de todo para ganar, pero que se quedó sin nada. Un duro golpe para las aspiraciones de un equipo que se complica su pase al play off, del que lo separan ya cuatro puntos. Ahora ya no hay margen de error y toca ganar en El Arcángel para creer que el ascenso es posible

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