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Otra vez el regalo ácido del liderato

  • El Córdoba, tercero y depresivo, sabe que el triunfo ante un enemigo al alza lo deja solo en lo más alto

En mitad de la depresión, ¿el liderato? Tan loca está la Segunda División actual que cuando peor lo estás pasando te puedes encontrar con un regalo que ya quisieran para sí otros. Es el aliciente con el que hoy regresa el Córdoba a su hogar, al escenario en el que se ha hecho fuerte y en el que se siente más cómodo. El lugar en el que quiere poner fin a tres semanas de sinsabores, más o menos amargos, para volver a convertirse en el dominador de la competición. La derrota de Osasuna en El Sadar -los navarros comparten ahora el primer puesto con el Alavés, ambos con dos puntos más que el CCF- presenta una oportunidad de oro para un conjunto blanquiverde que, sin embargo, mira con recelo ese primer puesto que sólo tendrá verdadero valor cuando la primavera florezca y el final del camino ya se divise en el horizonte. Antes, vale de bien poco, salvo para refrendar el trabajo bien hecho y ganar en autoestima, aunque en el caso de los cordobesistas lo que se han encontrado desde que se vieron hace sólo unas semanas en la cima han sido disgustos de diferente calado. Una tendencia que toca romper sí o sí ante un enemigo claramente al alza que llega con una inercia diametralmente opuesta y que quiere dar caza a los de Oltra ante su gente. Partidazo con mayúsculas.

Porque llega el Oviedo, ese recién ascendido que tiene de todo menos de recién ascendido, con un par de victorias consecutivas como sostén gracias a un estilo que hizo suyo este Córdoba tiempo atrás y del que sin saber bien por qué se ha ido alejando en las últimas semanas. La fortaleza atrás, no encajar goles, es el camino más corto hacia el éxito en una categoría de plata en la que el equilibrio es máximo y los pequeños detalles toman más protagonismo del deseado. Los asturianos se han dado cuenta tarde, pero ya están instalados donde todos lo colocaban al inicio del torneo: en los puestos nobles de la clasificación. Ahora mismo tienen dos puntos menos que su anfitrión de esta tarde, lo que da más trascendencia si cabe al encuentro. Un duelo entre parecidos muy distintos entre sí, aunque al final cuando el balón echa a rodar las similitudes se acumulan por todos lados.

Porque si el Oviedo aparecerá en El Arcángel con la firme intención de defender su portería y sacar tajada de algún error del contrario o una acción de estrategia, el Córdoba tratará de dar continuidad a esos minutos de buen fútbol que dejó en parte de su última aparición ante su gente. Entonces, con el Huesca enfrente, la batuta de Víctor Pérez sirvió para contentar a la afición con minutos de buen juego que al final sólo sirvieron para conquistar un punto... y abrir un debate que aún hoy sigue latente, más si cabe tras el empate en Tenerife. ¿Jugar bien o ganar? Nadie esconde que la conjunción es lo idóneo, pero si hay que elegir...

De momento, y tras muchas semanas con otro patrón, parece que Oltra ha optado ahora por el juego en corto de Víctor en detrimento del box to box que ofrece Markovic. Al menos esa continuidad se da por segura en un equipo que está obligado a mover al menos una ficha por la baja por lesión de Domingo Cisma, que hasta ahora no se había perdido ni un solo minuto de competición liguera. Con el jugador del filial Abel Moreno como principal alternativa, al haber sido su relevo en la ronda de Copa del Rey y ser la apuesta del club en verano para cerrar ese lado de la defensa, todo lo que no sea su titularidad supondrá una sorpresa. Sin embargo, es cierto que el técnico blanquiverde esconde alguna variante más, incluso descartando la opción de modificar su clásico 4-4-2 que le ha acompañado siempre a excepción de la jornada negra de Leganés. Rafa Gálvez o la alternativa de poner a pie cambiado a Stankevicius o Dalmau son las otras cartas que maneja el valenciano para cerrar las vías de agua en una retaguardia de la que depende gran parte del éxito de este Córdoba.

"Buen entrenamiento, preparados para la cita de mañana. No está Cisma pero estamos los demás. Sin excusas, con pasión. Somos equipo". Ese fue el mensaje que Oltra puso ayer a la conclusión del último entrenamiento y que transmite un importante punto de seguridad dentro del vestuario del Córdoba que luego hay que trasladar al verde, que es donde de verdad cuenta. De momento, el celo sí está garantizado en los aledaños del estadio siguiendo las directrices marcadas por la LFP y las fuerzas de seguridad del Estado tras los atentados de París del pasado viernes día 13. Es por eso que el club solicita a sus aficionados que acudan con más tiempo de lo habitual y que, en la medida de lo posible, prescindan del uso de mochilas. Es lo suyo. Mejor dejárselas a los jugadores para que puedan meter ahí los puntos que devuelvan el liderato a un equipo que quiere demostrar que ya está curado del mal del altura que lo perseguido en las últimas semanas.

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