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Tebas desea premiar la asistencia a los campos

El fútbol, sin aficionados en las gradas, es menos fútbol. Aunque sea tarde, parece que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) que preside Javier Tebas se ha dado cuenta de que tiene que cuidar a unos seguidores a los que semana tras semana maltrata con horarios intempestivos, que luego pagan los clubes con partidos jugados con gradas casi desiertas. Es lo que conlleva estar atado de pies y manos por las televisiones, que a fin de cuentas son las que pagan para sustentar gran parte del circo que hay montado en torno al balón y permiten que mientras algunos equipos languidecen, los directivos se dan el lujo de subirse el sueldo: un 25% en el caso del presidente del organismo, que pasará de embolsarse 340.000 euros anuales a 425.000 para igualarse a su antecesor, el que fuera también presidente de la Real Sociedad José Luis Astiazarán.

Para buscar un acercamiento o quizás forzado por la situación del momento, Tebas indicó este fin de semana que premiará a los clubes que tengan una mayor asistencia en sus estadios. Lo hizo durante un acto con la asociación Aficiones Unidas (AFEPE), que le entregó la insignia de oro por "su trabajo en favor de los aficionados del fútbol español", esos que de un tiempo a esta parte suelen criticar su gestión en el transcurso de los encuentros. Sin especificar aún cómo será esta bonificación, el presidente de la LFP sí matizó que en el reto de "ser la mejor competición del mundo, necesitamos la participación activa del aficionado".

"Queremos ver los campos llenos", fue su último mensaje, apoyado en una oda a su gestión al frente del organismo que, a su juicio, ha permitido una rebaja sustancial en el precio de los abonos y, con ello, una mayor afluencia de espectadores a los estadios: "La deuda ha disminuido más del 50 por ciento, todos los clubes tienen certificado por parte de Hacienda de que están al corriente de sus obligaciones y, por eso, hay que destacar que el precio de los abonos ha disminuido cerca de un 30%". Mientras se cuece esta nueva fórmula, el Córdoba se frota las manos, pues en Segunda pocos clubes llevan más gente al campo.

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